El canal de Urgell cierra la peor campaña de riego de sus 161 años de historia

El campesinado reclama indemnizaciones y un mejor reparto del agua

Canal auxiliar de Urgell al término municipal de Bellcaire d'Urgell (ACN)

El canal de Urgell pone punto final este sábado a la peor campaña de riego de sus 161 años de historia, marcada por el cierre prematuro en abril del canal principal que dejó sin agua a 50.000 de las 70.000 hectáreas que riega la infraestructura. De hecho, el único canal que cerrará será el auxiliar, que es el único que ha podido regar sin restricciones, puesto que el principal solo ha podido suministrar agua para la supervivencia de fruteros. Agricultores hablan de «desastre» y relatan que en los campos donde solo pudieron hacer un turno de riego han perdido hasta el 70% de la cosecha respecto a un año normal. Ante esto, el sector reclama indemnizaciones y un mejor reparto del agua de cara a futuras campañas. El canal reabrirá en marzo.

El sábado cerrará el canal auxiliar, que se provee de la Noguera Pallaresa y que ha podido distribuir agua con normalidad durante la campaña gracias al buen estado de las reservas en esta zona. Por el contrario, el canal principal, que se abastece de los embalses de Oliana y Rialb, solo distribuyó agua durante un mes, puesto que a finales de abril cerró de urgencia por la falta de reservas. A mediados de verano, los regantes pactaron cuatro turnos de riego para la supervivencia de los árboles frutales gracias a la concesión de 50 hectómetros cúbicos por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

La Comunidad General de Regantes de los Canales de Urgell ha declinado, de momento, hacer una valoración de la campaña, a pesar de que fuentes próximas a la Casa Canal apuntan que tienen previsto hacer un balance en los próximos días.

Piden indemnizaciones y un reparto del agua más equitativo

El portavoz de la plataforma Manifiesto del Gran Urgell, Jaume Perera, ha remarcado que ahora hay que trabajar para indemnizar a los campesinos que hacen cultivos extensivos y de huerta que no han podido regar en el ámbito de las 50.000 hectáreas del canal principal donde solo se han hecho riegos de supervivencia para los fruteros. En este sentido, ha destacado la «buena relación» que tienen con el Departamento de Acción Climática, que «desde el principio ha estado junto al sector». No obstante, ha matizado que no es suficiente y ha dicho que lo que necesitan los campesinos no son ayudas sino indemnizaciones, porque se han sacrificado para que otros puedan regar y la sociedad y la industria haya dispuesto de agua de una forma normal.

Perera también ha criticado duramente al Ministerio de Agricultura por haber aplicado una política de «café para todo el mundo» por repartir ayudas por sequía. Ha asegurado que en el Urgell y el Segarra-Garrigues no ha llegado ni un solo euro y no entiende que todavía no hayan recibido ninguna respuesta partiendo de la base de que son los máximos responsables de la cuenca del Ebro a través de la gestión de CHE.

Perera confía en que para la próxima campaña y las futuras los campesinos tengan la información suficiente cuando toca para poder adaptarse a las posibilidades y disponibilidades de agua que habrá. Este año, el hecho de no tener agua y tener que sobrevivir con menos riegos, ha demostrado que en algunas zonas, cuando no había restricciones, «quizás se regaba con exceso». Con el riego controlado en los fruteros, se ha podido ver que con menos agua se han podido hacer las cosechas. Es una situación «excepcional», pero Perera señala que lo importante es priorizar un reparto «equitativo» para todo el mundo mientras no llegue la modernización que servirá para optimizar el riego.

Embalses con el doble de agua que hace un año

El sistema de Oliana-Rialb almacena en estos momentos más del doble de agua que ahora hace un año, en parte gracias al cierre del canal principal que ha ayudado a mantener las reservas durante el verano.

En concreto, los dos embalses están alrededor del 20% de su capacidad conjunta, mientras que ahora hace un año estaban al 8,34%, según datos de CHE. Así, en un año han pasado de 40.696 hectómetros cúbicos de agua a 96.159, una cifra, sin embargo, todavía lejos de los 487.884 que suman de capacidad.

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