Sin relevo en la artesanía alimentaria, se pierde un oficio y crece el despoblamiento rural

Cuando un panadero, un pastelero o un tocinero cierra, los vecinos se encuentran desamparados

Xavier Gomà

Xavier Gomà dejó su trabajo como secretario técnico del Consejo Deportivo de la Segarra para dedicarse al oficio de panadero, y preservó así el Forn Gomà de Sant Guim de Freixenet. Si no hubiera tomado esta decisión, su pueblo de poco más de mil habitantes se habría quedado sin panadero y sin pastelero, cosa que habría representado la pérdida de un servicio alimentario básico para su vecindario. Para disponer de estos productos, un vecino tendría que haber ido a la Panadella, por ejemplo, que está a más de cinco kilómetros de distancia.

Preservar los oficios tradicionales y la artesanía alimentaria es uno de los objetivos del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural dentro de la Estrategia Alimentaria de Cataluña. Por eso ha impulsado, por primera vez, una ayuda para garantizar el relevo generacional de los negocios de artesanía alimentaria. Panaderos, pasteleros, churreros, carniceros, tocineros, charcuteros y queseros son oficios en riesgo de pérdida, y tanto el departamento como los gremios trabajan para fomentar su continuidad a través de diferentes estrategias.

La ayuda subvenciona el traspaso del negocio; formación; asesoramiento y mentoría, y también permite adecuar el local y adquirir nueva maquinaria. En la primera edición, nueve personas se han beneficiado de la ayuda, y ahora se trabaja en las nuevas convocatorias y a fomentar la difusión. Según Joan Godia, director general de Empresas Agroalimentarias, Calidad y Gastronomía, “nos hemos reunido con los gremios para hacer más difusión, favorecer que la gente se pueda preparar mejor para la próxima convocatoria y buscar gente interesada a hacer el relevo. Son negocios que permiten vivir a la gente”.

En declaraciones a EL TRIANGLE, Joan Godia, afirma que “si no hay relevo en los negocios de artesanía alimentaria, los pueblos pierden el servicio de unos negocios que son rentables” y esto favorece el despoblamiento a las zonas rurales. “Cierran el negocio y aquí se ha acabado. Esto nos preocupa a todos. Si en un pueblo solo hay un pastelero o un carnicero y cierra, un servicio menos que hay. Nos interesa que no cierre ninguno. Como ejemplo, mi suegra de 85 años ya no puede comprar determinados productos artesanales en su pueblo, ¿y que tiene que hacer? El pueblo más próximo es Balaguer, y tiene dificultades de movilidad”.

Este mismo debate lo tuvo Gomà cuando sus padres le dijeron que se jubilaban y dejaban de gestionar el negocio familiar: el Forn Gomà de Sant Guim de Freixenet. En declaraciones a , Xavier explica que “fue una decisión muy complicada”. En el pueblo le preguntaban: “¿Qué harás? ¿Seguirás en el horno?”. Él, en aquel momento, “estaba muy bien al Consejo Deportivo de la Segarra”, pero a la vez, le gustaba mucho el obrador, donde se había criado y formato desde muy pequeño. Siempre había visto sus abuelos y sus padres en el horno. Después de un intenso debate con su mujer, pensaron “si cerramos el horno, no lo volveremos a abrir nunca más. ¿Y si elijo probarlo unos años y ver como funciona…? Lo probaremos”.

Y así fue. Xavier lleva el horno desde enero de este año y ahora ha decidido renovar la tienda, comprar maquinaria nueva y mejorar su formación y la producción del pan, gracias a la ayuda del departamento. A diferencia de su padre, “he querido diferenciarme más de la industria del pan, haciendo masa madre de cultivo, buscando harinas más ecológicas y más integrales y fomentando una forma más artesanal de trabajo buscando trigos más antiguos, como la espelta”. Ha tenido mucho apoyo del Gremio de Panaderos de Lleida, donde ha recibido formación y asesoramiento en la gestión del obrador.

Uno de los aspectos de la ayuda que más valora es poder disfrutar de un servicio de mentoría. Gracias a la persona que ha escogido, está recibiendo apoyo para mejorar los productos que pose a la venta: “Me ayuda en los productos, como trabajar mejor la espelta, como llegar más allá”. Explica que “antes tenía clientela muy local de masías y pueblos pequeños vecinox”. Y que ahora, después de todos los cambios que ha hecho, “gracias a los productos con masa madre de cultivo, la espelta integral u otras, viene gente de Cervera, gente de Igualada…”. Tiene algún cliente que viene el viernes, coge cuatro kilos de pan y carga. Y esto, según dice Xavier, “nos da mucha vida.”

Otra de las novedades de la nueva etapa es la buena respuesta al reciente perfil de Instagram del Forn Gomà. “Alucino. Colgar cualquier cosa, quiere decir que se acaba. Si cuelgo algo que estoy haciendo, si a mediodía no he hecho suficiente cantidad, se acaba. La gente viene y dice: he visto que hacías esto, me pones un par? Están muy atentos”.

Una de las condiciones para acceder a la ayuda es adquirir la condición de maestro artesano. Será el primero de su familia que adquirirá este reconocimiento, puesto que ni sus abuelos ni los padres lo habían tenido. Según su parecer, “me dará un plus de calidad”, y es un atractivo para la nueva clientela.

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