Agosto caótico en los Ferrocarriles de la Generalitat coincidiendo con la reclamación del traspaso de ‘Rodalies’

Un accidente en la estación de Tres Torres que la compañía intentó ocultar combinado con las molestias por obras programadas y el calor en los vagones disparan las quejas de los usuarios

Imatge de l'accident dels FGC del dia 11 d'agost, difosa per la Ser, i una de les cues per accedir a les estacions que va provocar

Justo cuando el traspaso del servicio de ‘Rodalies’ de Renfe a la Generalitat está siendo moneda de cambio en las negociaciones por el apoyo de los partidos independentistas a la investidura de Pedro Sánchez como presidente del gobierno español los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC) están recibiendo un alud de quejas de sus usuarios. Los primeros quince días de agosto han sido una tortura para los responsables de la imagen de FGC debido a los inconvenientes que han comportado a los usuarios la reducción del número de convoyes que se realiza cada verano, las obras que se efectúan en algunos tramos del servicio, el funcionamiento defectuoso de la refrigeración de los trenes y, por último, a causa del accidente que se produjo en la estación de Tres Torres cuya magnitud la empresa intentó ocultar.

Las protestas de los pasajeros empezaron el primer día del mes en los comentarios a las informaciones que FGC cuelga en su portal de Twitter. A primera vista, en el perfil de FGC en esta red social todo funciona a la perfección: los trenes circulan con el horario previsto y las obras se anuncian de forma puntual y discreta. Si se entra en los comentarios de los usuarios se detecta una realidad distinta. “FGC se olvida de que hay gente que trabaja en agosto. Aparte de que quitan la frecuencia de los trenes, FGC todavía disminuye el número de vagones. ¡Hoy por la mañana los trenes de la línea Llobregat-Anoia estaban a tope!”, se quejaba un pasajero a primera hora del 1 de agosto. “Se están pasando un poquitín con los horarios de verano. Esperas de 20 minutos y más”, lamentaba otro. Otros comentarios eran estos: “Qué error dantesco quitar frecuencia de trenes. Vamos como sardinas en lata en la S1 de Terrassa”, “¡¡¡Qué gran idea es hacer pasar menos trenes. Así los desgraciados que trabajamos en agosto podemos empezar el día yendo de pie dentro de trenes saturados de gente!!! ¡Qué genialidad!!!”…

El mal funcionamiento del aire acondicionado de los trenes también ha sido motivo de queja continuado en un agosto donde el calor está siendo más fuerte que otros veranos. “Holaaa, ¿¿¿el aire acondicionado no funciona o qué??? Estamos asándonos”, “Muertos de calor sin aire y a tope. Es una vergüenza”, “Tren S1 de las 8 y 10 ABARROTADO en Rubí. Ya ni les cuento con la subida de gente a Sant Cugat de pie, enganchados y con un calorazo de cojones… empezamos el día con alegría”, son algunas de las reacciones de los afectados expresadas en Twitter. El día 3, un árbol cayó en un tramo de la línea S2 y provocó nuevos retrasos. “Después de esperar veinte minutos entre un S2 y otro, ahora ya va con 6 minutos de retraso. En serio, ¿nuestro tiempo qué?”, preguntó un pasajero desesperado.

La guinda del pastel la puso el accidente que se produjo en la madrugada del viernes 11 y que la empresa intentó ocultar bajo el eufemismo de una «avería en las instalaciones». Al día siguiente debía cortarse por obras el servicio entre las estaciones de Gràcia y Sarrià, pero los usuarios se encontraron que entre las de Sarrià y Tres Torres no había servicio de FGC y que el transporte en el tramo afectado lo hacían autobuses. Cuando los usuarios pidieron explicaciones por el corte del servicio y preguntaron por su duración, la respuesta de la empresa fue la alusión a la supuesta “avaría en las instalaciones” y el anuncio de que no se sabía cuándo estaría reparada. Muchos acusaron a FGC de haber comenzado las obras antes de lo anunciado. La realidad era, sin embargo, que una máquina que realizaba trabajos de mantenimiento nocturno en la estación de Pie de Funicular se desfrenó y bajó a gran velocidad por un tramo con una pendiente considerable y acabó saliendo de la vía y chocando contra otra máquina que estaba trabajando en Sarrià. Como resultado del accidente, uno de los trabajadores implicados sufrió una fractura en una pierna y fue trasladado al Hospital Clínic.

El equipo viario de Catalunya Ràdio fue el primero en informar del grave accidente y, posteriormente, la SER difundió una imagen y un breve vídeo del estado en el que quedaron las dos máquinas que chocaron. Del estado de salud del operario herido FGC no dio ninguna información. Se limitó a decir a los periodistas que querían conocerlo que lo preguntaran al Sistema de Emergencias Médicas (SEM). Muchas personas se acumularon en las escaleras de acceso a las estaciones afectadas y se produjeron numerosas quejas por la falta de información correcta y por la irregularidad de paso de los autobuses prometidos. Desde FGC se llegó a proponer a los afectados que se desplazaran con la línea 68 de los autobuses de Transports Metropolitans de Barcelona.

Dos días antes del accidente, un usuario había anunciado también en Twitter que renunciaba a viajar con los FGC este mes de agosto: “Vuelvo a subir en coche a Manresa, porque los trenes pasan cada hora y no me da la gana tardar dos horas o más al hacer el recado cuando puedo hacerlo en 40 minutos en total. Me obligáis a contaminar. Horarios del siglo pasado”.

Y todo ese caos en plena negociación del traspaso de ‘Rodalies’ de Renfe al gobierno de la Generalitat. Se entiende que no falten los comentarios de los usuarios que piden que el traspaso sea a la inversa, de FGC a Renfe.

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