Cataluña, bastión español y europeo contra la extrema derecha

Este 23-J, España ha salvado un match point. Del resultado de las elecciones generales celebradas, lo más destacable es que la suma de PP (136 escaños) y Vox (33) no permite la investidura de Alberto Núñez Feijóo como nuevo presidente de gobierno. Además, no hay ningún otro partido con representación parlamentaria que quiera tener relaciones, ni por activa ni por pasiva, con Vox y, por consiguiente, esta fórmula -implantada en Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura…- está muerta y enterrada en el Congreso de los Diputados.

Esto ha sido posible gracias a la resiliencia del PSOE de Pedro Sánchez y, de manera muy especial, a la brillante victoria lograda por los socialistas de Salvador Illa en Cataluña. El PSC, con 19 diputados, ha ganado de manera contundente -obtiene, por ejemplo, más votos y escaños que la suma de las fuerzas independentistas- y ha sacado 13 de diferencia con el PP de Nacho Martín Blanco, que han sido decisivos para aguar el sueño de Alberto Núñez Feijóo de llegar a la Moncloa, destrozando los pronósticos que le auguraban casi todas las encuestas.

Antes de hacer más cábalas, habrá que esperar a tener la foto finish de estas elecciones. El voto procedente del extranjero ha sido, en esta ocasión, muy importante y puede hacer bailar todavía tres o cuatro escaños, si se confirma que ha sido mayoritariamente para las fuerzas de izquierdas. Lo sabremos a finales de semana, cuando será computado, y es entonces cuando habrá que poner en marcha la calculadora para afinar los posibles pactos que Pedro Sánchez tiene a su alcance para poder conseguir la investidura.

Por consiguiente, es precipitado otorgar la clave del futuro de Pedro Sánchez y de la política española a Junts x Catalunya (JxCat) y a Carles Puigdemont, como se han apresurado a proclamar los medios de derechas, con el objetivo de desacreditar los inesperados resultados obtenidos por el PSOE. El líder socialista ya ha dicho, alto y claro, que nunca permitirá la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña, que, por otro lado, es constitucionalmente imposible.

El dosier Puigdemont está en la esfera judicial y resulta inimaginable que Pedro Sánchez, para mantenerse en el poder al precio que sea, cometa el error de inmiscuirse en la estrategia jurídica de Pablo Llarena y del Tribunal Supremo para conseguir los votos o la abstención de JxCat para su investidura. Y más, después de la contundente sentencia que emitió, a comienzos de mes, el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE), que abre la puerta a la extradición del expresidente de la Generalitat.

Carles Puigdemont y JxCat tienen un grave problema, del cual parece que todavía no son conscientes: sus contactos y relaciones con emisarios del Kremlin, antes y después del referéndum del 1-O. La agresión militar de Rusia contra Ucrania ha cambiado totalmente el marco europeo y las amistades peligrosas de esta facción del independentismo catalán con el entorno de Vladímir Putin son una traición imperdonable que merece el rechazo total y la punición judicial, política y mediática de las autoridades europeas.

Por lo tanto, a quien no le interesa negociar y pactar con JxCat es a Pedro Sánchez. El mismo repelús que provocan los postulados de Vox en Bruselas es el que dan las aventuras de Carles Puigdemont en el país de Putin.

En este contexto tan provisional, hay que ir con pies de plomo a la hora de avanzar acontecimientos y hacer conjeturas. El escenario de la repetición de las elecciones favorece, hipotéticamente, al PP, donde ya se está cocinando una operación relámpago para sustituir a Alberto Núñez Feijóo por Isabel Díaz Ayuso, en caso de que el bloqueo impida la confirmación de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno y haya que volver a las urnas a finales de año.

A pesar de los lógicos análisis críticos que recibe ERC por sus males resultados, hay que señalar que el partido de Oriol Junqueras, en unas condiciones ambientales de extrema dificultad, ha conseguido obtener más votos que JxCat, aunque tengan el mismo número de escaños. Pedro Sánchez sabe que, en cualquier ecuación para la investidura, le es imprescindible el apoyo de ERC y esto, de rebote, da tranquilidad al Gobierno en minoría de Pere Aragonès, que, en contrapartida, tendrá garantizada la estabilidad hasta finales de la legislatura con los votos del PSC y de En Comú Podem (Sumar) en el Parlament.

Es obvio que el 23-J deja una partida abierta y llena de incógnitas, que se irán aclarando en las próximas semanas. La única certeza es que Cataluña ha sido el factor clave que ha parado el previsible éxito de la operación PP-Vox, que pretendía reproducir en España la oleada post-trumpista que ha arraigado en la Unión Europea (Hungría, Polonia, Italia, Suecia, Finlandia…).

El hecho que las dos fuerzas más votadas este 23-J en Cataluña hayan sido los socialistas y Sumar -un hecho inédito en el resto de la geografía española- refuerza la identidad progresista de este territorio, que se convierte así en el bastión de la izquierda, no solo a escala estatal, sino también europea, junto con el Portugal de António Costa. El PSC ha ganado en municipios donde históricamente eran hegemónicas las fuerzas pujolistas e independentistas (Girona, Olot, Ripoll, Berga, Manlleu, la Seu d’Urgell…) y ahora se trata de mantener y consolidar estos importantes avances electorales de cara a los próximos comicios programados: las europeas del 2024.

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3 comentarios en «Cataluña, bastión español y europeo contra la extrema derecha»

  1. Cataluña es la tipica nacion sin estado que constantemente tiene que salvar la piel de la izquierda y pseudo izquierda española y españolista a cambio de humillación y reduccion de los derechos y la lengua de los catalanes…Una y otra vez. la izquierda española PSOE y SUMAR es españolista y ultranacionalista que como se vio en Barceloan (ayuntamiento y diputacion) es capz pactar con el PP (sí el mismo que pacta con la ultraderecha y extremaderecha) evitar que Un señor de centro derecha catalanista, de un partido independentista, tenga sea alcalde. Y eso lo hemos visto en Barcelona y luego,al mismo tiempo que estos pactan con la derecha extrema y ultraderecha piden a los catalanes que se sometan de nuevo y a cambio de absolutamente nada les den el voto si no pasan a ser complices de VOX. que sinverguenzas. España sin Euskadi y Catalunya es de ultra derecha y franquista…y los catalanes unos pringados con sindrome de estocolmo que tienen poco orgullo. Si lo tuvieran hace tiempo que se habrian independizado, como la ayuso en Madrid y no le pasa nada

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    • ja ja ja
      evitar que Un señor de centro derecha catalanista, de un partido independentista
      ¿Desde cuando los de Conveniencia i Unio han sido independentistas?
      Quitese la venda de los ojos
      NO COMMENT

      Responder

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