Unió de Pagesos y la Denominación de Origen Protegida (DOP) Avellana de Reus (Tarragona) se han mostrado preocupados por el impacto que puede tener la sequía en los agricultores jóvenes y cómo puede afectar al relevo generacional en el sector de la avellana. El responsable de los frutos secos de Unió de Pagesos, Sergi Martín, explica a la ACN que la situación actual comportará una «mala cosecha» que puede afectar a los jóvenes que se han incorporado a la profesión, e insiste en la necesidad de «tomar medidas» para que puedan continuar en el sector y que «no acabe desapareciendo». Desde el sindicato alertan que, debido a la falta de agua, podrían perderse 4.000 hectáreas de avellanos en el Camp de Tarragona que dependen del agua del pantano de Riudecanyes.
Martín ha subrayado los precios bajos de la avellana, que «tienen planes de mejora y deben pagar créditos», y que el sector está «tocado». «Llevamos cuatro o cinco años que no hay forma de remontarlo», lamenta el campesino. Además, en 2023 se le suma el gasto «alta» en electricidad porque han tenido que empezar a regar antes por la falta de lluvias. Desde el sindicato remarcan que los árboles se tendrán que arrancar y plantar nuevos, y la presidenta de la DOP Avellana de Reus, Esther Gomis, ha comentado que la situación actual también afectará a los próximos siete años, ya que es lo que tarda en crecer un avellano por tener una producción «al cien por cien».
Asimismo, los agricultores tampoco tienen garantizada el agua de los acuíferos. Gomis, que también es miembro de Unió de Pagesos, apunta que a finales de junio y a principios de julio muchos pozos se secarán. Por eso, Martín ha pedido a los ayuntamientos que prioricen el agua del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) para uso de boca y que dejen de «gastar» agua de los acuíferos.
