Barcelona es el municipio de más de 5.000 habitantes donde más ha bajado el censo electoral para las elecciones municipales del 28 de mayo comparado con hace cuatro años. La capital catalana tendrá 1.108.175 electores, un 3% menos que en 2019, un dato que se explica por el descenso de población empadronada con nacionalidad española en los últimos años.
Según datos del INE analizados por la ACN, Barcelona ha perdido 34.255 electores para el 28-M comparado con las municipales de 2019, de los cuales 32.472 son de nacionalidad española. El dato encaja con el hecho de que la ciudad perdió 34.970 empadronados mayores de 17 años de esta categoría en 2022 –el último año con datos disponibles– respecto a cuatro años atrás. Por el contrario, el número de extranjeros de 17 años o más se disparó un 23% en el mismo periodo, sumando unos 60.000, cosa que explica el aumento poblacional absoluto de la capital en los últimos años. Con todo, los electores extranjeros han caído ligeramente en la ciudad, si bien no todas las nacionalidades tienen derecho a voto.
Badia del Vallès (-2,7%), La Sénia (-2,7%), Esplugues de Llobregat (-2,6%), Ripoll (-2,5%) y La Llagosta (-2,1%) son los otros municipios de más de 5.000 habitantes que han visto el censo electoral caer más de un 2%, y una quincena más de poblaciones también se sitúan en números negativos. Estas cifras contrastan con los incrementos más pronunciados de personas con derecho a voto, en Roda de Berà, Cunit, Canyelles, Vacarisses y Calafell, con más de un 12%.
Roda de Berà es la localidad de más de 5.000 habitantes con un incremento más acentuado (16,4%), seguido de Cunit (13,9%), Canyelles (13%), Vacarisses (13%) y Calafell (12,8%). Todos los casos superan con creces la media catalana, con un aumento del 1,2%, unos 67.000 votantes más, a pesar de un leve descenso en los extranjeros registrados al censo.
En cuanto a las comarcas, el Baix Penedès (8,8%) y la Cerdaña (8,2%) son las que registran más subidas, muy por encima de la media catalana (1,2%), mientras que el Barcelonès (-2,3%) y la Ribera de Ebro (-2,2%) se sitúan en la cola del ranking.
