Vecinos de los Tres Turons salen a la calle para decir bastante a la masificación turística: “Nos están echando”

Critican que el cierre de los búnkeres del Carmel está desplazando el turismo de borrachera a la montaña pelada

Manifestació de veïns dels Tres Turons (ACN)
Manifestació de veïns dels Tres Turons (ACN).

Vecinos de Vallcarca, La Salut y el Carmel se han manifestado este sábado para reclamar medidas contra la masificación turística. Saliendo de diferentes puntos, han confluido en el acceso principal del Parc Güell, desde donde se han desplazado a la plaza Sanllehí, donde ha finalizado la protesta. Los vecinos han denunciado que la presión turística en sus barrios se está haciendo “insoportable” y exigen al Ayuntamiento “políticas reales para revertirla”. “Se está haciendo mòbbing a los vecinos para que nos vayamos y no lo permitiremos”, ha apuntado David Mar, del Consejo Vecinal del Turó de la Rovira. Sobre el cierre de los búnkeres del Carmel, los vecinos aseguran que no es una solución porque el turismo de borrachera se está desplazando a la montaña pelada.

A mediodía han salido grupos de manifestantes de los Tres Turons para unirse en la entrada principal del Parc Güell ante la mirada interesada de las decenas de turistas que hacían cola para entrar al que es uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad de Barcelona y, según los vecinos del entorno, responsable de los males que les afectan por la masificación turística.

Al grito de consignas como ‘Turista atrás, esta no es tu casa’, ‘No nos robaréis otra montaña’ y ‘Suficiente incivismo en nuestros barrios’, los manifestantes han cargado contra la “impunidad” del turismo que, junto con la pasividad del Ayuntamiento, les está obligando a irse de sus barrios.

Detrás una pancarta donde se podía leer ‘Salvemos los Tres Turons’, una de las columnas ha salido de los jardines Juan Ponce, cerca de la entrada de los búnkeres del Carmel, que desde esta semana tienen el acceso cortado en las noches. David Mar, del Consejo Vecinal del Turó de la Rovira, ha lamentado que con el cierre de este espacio “ni desaparecerá ni se cambiarán” los hábitos de los turistas porque ya han detectado que el turismo de borrachera se está desplazando a la montaña pelada, un espacio ya muy degradado.

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