Los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT) han chocado este miércoles con las patronales Foment del Treball y Pimec por la necesidad de actualizar salarios para hacer frente a la inflación. A pocos días por el Primero de Mayo los sindicatos han aprovechado un debate celebrado en el Congreso del Trabajo de Cataluña para criticar la actitud patronal en este tema. El secretario general de CCOO en Cataluña, Javier Pacheco, ha lamentado que las empresas «se están pasando de rosca con la acumulación de beneficios en una crisis inflacionaria», y Camil Ros, de UGT, también ha apostado por reclamar mejoras y ha recordado que en todos los conflictos salariales vividos hasta ahora en Cataluña se ha llegado a acuerdos.
El presidente de PIMEC, Antoni Cañete, ha alertado del riesgo de pegarse «un disparo en el pie» renunciando a actividad y productividad. «Si con la inflación que tenemos, la crecida de las materias primas y el precio del transporte se incrementan los sueldos sin tener en consideración nada (…) lo haremos, pero cerraremos la empresa», avisó. En este sentido, ha recordado la situación de fragilidad que sufren muchas pequeñas y medianas compañías, y ha avisado de que es necesario preservar la viabilidad del tejido empresarial. «Debemos pagar los mejores salarios posibles, pero que no nos hagan cerrar actividad», ha pedido.
En la misma línea, la vicepresidenta de Fomento del Trabajo, Virginia Guinda, ha señalado que el «margen de error» que ofrece el complejo contexto actual es «pequeño», y que «debemos hacer las cosas bien pensadas, no por impulsos» y aplicando el sentido común desde todas las partes». Por otra parte, recordó que las empresas deben ir bien para poder beneficiar a los trabajadores. Según Pacheco, las compañías se están aprovechando de la inflación y la subida de precios para realizar una «acumulación escandalosa de beneficios» que debería repartirse entre los trabajadores en forma de mejores sueldos.
Por parte de UGT, Camil Ros ha defendido la necesidad de un «nuevo acuerdo mundial» frente al proceso de globalización de las últimas décadas «ha destrozado todas las estructuras del estado del bienestar». Asimismo, el dirigente ha afirmado que la industria catalana estaba mejor cuando había aranceles y lo ha culpado a las decisiones de empresarios como Amancio Ortega, que decidió marcharse a fabricar a zonas más baratas.
