La poca capacidad de agua de los pantanos en Cataluña ha obligado a algunas empresas de ocio y deportes náuticos a parar o a modificar su actividad. A los embalses de Siurana (Priorat), Baells (Berguedà), la Llosa del Cavall (Solsonès), Sau (Osona), Sant Ponç (Bages) o Darnius (Alt Empordà) las empresas no han podido empezar la temporada a causa de la escased de agua. En Àger (la Noguera), las que se dedican a la actividad náutica, han trasladado su oferta deportiva del Congost de Mont-rebei a embalses con más agua y trabajan con tan solo el 10% de los clientes habituales. Algunos negocios han explicado a la ACN que esperan poder abrir en mayo, mientras que otros no prevén hacer ningún tipo de actividad esta temporada.
Sin temporada en Siurana
La falta de agua en el pantano de Siurana (Priorat) ha impedido empezar la temporada a Canoa Kayac Siurana porque el embalse se encuentra al 7,7% de su capacidad total y es impracticable para actividades náuticas. Normalmente, abren coincidiendo con Semana Santa, pero este año no han podido abrir porque no pueden ofrecer el servicio «como nos gustaría», comenta el gerente de la empresa, Santi Borràs. «Solo hay que ver a qué nivel se encuentra el pantano y qué color tiene», añade. «No es momento para hacer la actividad», dice Borràs.
El responsable del negocio pronostica que este año ya no podrán abrir. Sí que los meses de mayo son «generosos» en cuanto a la lluvia en este territorio, pero duda que el embalse se llena hasta el 40%, lo que necesitarían para poder desarrollar la actividad con normalidad. Canoa Kayac Siurana empezó a funcionar en 1992 y a pesar de haber sufrido periodos de sequía, siempre habían podido mantener la actividad, recuerda Borràs. El año pasado el Siurana estaba al 30% de su capacidad total y ya tuvieron que poner punto final a la temporada más bien, en septiembre en vez de octubre.
A Sant Ponç se esperan a mayo
En la Cataluña Central algunas de las empresas náuticas que operen a los pantanos de la zona -la Baells, la Llosa del Cavall, Sau y Sant Ponç- no han podido empezar la temporada debido a la extrema sequía y el bajo nivel de los embalses. En la Llosa del Cavall -no llega al 25% de la capacidad-, por ejemplo, la orografía del terreno que es muy escarpado hace que las empresas no puedan poner las embarcaciones en el agua porque es muy difícil acceder.
En cambio, al pantano de Sant Ponç -está al 33%- sí que prevén abrir la temporada el próximo 15 de mayo. «Somos unos grandes afortunados por poder abrir, a pesar de que nos tenemos que ir adaptando a la situación que nos encontramos semana detrás semana», apunta Mariona Martí, gerente de Tirantmilles.
Reclaman compensaciones
Martí es también la presidenta de la nueva Asociación de Actividades Náuticas y de Naturaleza de las Aguas Interiores de Cataluña, que se acaba de crear para poder tener fuerza, canalizar las demandas del sector y hacerlas llegar a la administración. Martí recuerda que muchas de las empresas que no han podido abrir por la sequía «han hecho sus pagos y han pagado las tasas» y, por eso, reclama que puedan acceder a algún tipo de compensaciones. «En muchas situaciones de crisis se han creado compensaciones por otros sectores, creemos que nosotros tenemos un potencial bastante importante porque se nos tenga en cuenta», reclama Martí, que también valora el trabajo que hacen para fomentar la salud y el deporte.
En Darnius, pendientes de la ACA
En Darnius, la empresa Màgic Empurdà acumula unos cuántos veranos malos en términos de afluencia de turistas. Dedicada al alquiler de kayaks para navegar en el embalse de Boadella, cada año recibía unos 3.000 turistas entre junio a septiembre (cuando la empresa concentra la actividad). Desde 2020, se ha visto afectada primero por las restricciones de movilidad por la pandemia y ahora, por la sequía (con el pantano a solo un 30% de su capacidad que puede convertirse en no navegable).
La empresa alto-ampurdanesa está a la espera de saber si la Agencia Catalana del Agua (ACA) les permite hacer la actividad. Tal como relata el responsable de Màgic Empordà, Joaquim González, si al final no pueden poner las barcas en el río, sufrirán una «afectación económica importante». «Si nos dicen que no tan poco tiempo antes de iniciar la actividad, tendremos poco margen de reacción», dice González, que de todos modos está convencido de que «la ACA tomará la mejor decisión». «Si hay tan poca agua es normal que no se abra a las embarcaciones, ni tampoco al baño», asegura.
Del Congost de Mont-rebei a embalses con más agua
La sequía que afecta de manera intensa zonas como el Congost de Mont-rebei y el pantano de Canelles ha hecho que empresas que ofrecían actividades náuticas en la zona hayan tenido que trasladar su actividad a otros lugares con un nivel de agua suficiente para operar. Es el caso de Àger Aventurs’t, que tradicionalmente operaba desde el Moll de Corçà y que este año lo tiene que hacer en el embalse de Camarasa (Noguera). El responsable de la firma, Roger Pifarré, explica que a la zona del Moll «está todo seco y no tenemos la posibilidad de trabajar» por la falta de agua, y por eso decidieron cambiar de espacio.
Esto les ha supuesto un «agravio económico bastando fuerte» respecto a otros años, lamenta Pifarré, puesto que solo han mantenido el 10% de los clientes que tenían habitualmente en fechas señaladas como Semana Santa. En la misma línea, de cara en verano, el responsable de Àger Aventura’t prevé una campaña «no muy buena».
Además del factor económico, la firma ha tenido que hacer frente a los cambios logísticos como el traslado de todas sus embarcaciones al embalse de Camarasa, que se encuentra en unos 30 km de distancia del Moll de Corçà, y a la solicitud de los permisos correspondientes a las administraciones para poder operar en el nuevo espacio.
