El empresario y exdirigente de Convergència David Madí ha comparado con una violación en grupo la situación que él ha sufrido como investigado por tráfico de influencias en la causa Voloh, de la que ha sido exculpado la semana pasada. En concreto, en una entrevista concedida a RAC1, Madí ha dicho que «es como si me hubieran violado en manada entre la policía, Hacienda y el juez«.
Madí ha asegurado que esta instrucción judicial, centrada en la supuesta trama rusa del procés, fue una «catástrofe» y le hizo «mucho daño». Ha considerado, de hecho, que la causa tenía «vocación política» y que «nos hicieron un traje a medida: en mi caso, se dedicaron a intentar destruir a mis clientes y las operaciones empresariales que había hecho».
Además, ha abogado por que haya una ley contra la «impunidad» de determinados poderes del Estado, porque, según ha indicado, «hay una serie de funcionarios» que «pueden destrozar las vidas de mucha gente y necesitan tener unos mecanismos de control y penalización».
Madí es todavía uno de los investigados en dos causas relacionadas con el 3%, de presunta financiación irregular de Convergència: las derivadas correspondientes a la productora Triacom y a Ambulancias Egara.
En cuanto a su implicación en la organización de la iniciativa de movilización independentista Tsunami Democràtic, reflejada en informes de la Guardia Civil, Madí la ha negado y la ha relacionado con una «trama organizada con el objetivo de detener el procés y que a nadie se le ocurra volver a levantar la cabeza».
