Las ingenieras aseguran que la tecnología las hace libres y están generando impacto social

La sociedad necesita más niñas en este campo para mejorar la vida de las personas

Fomentar les vocacions cientificotècniques obre un gran camp d’oportunitats professionals a les joves estudiants

El boom tecnológico actual está generando una fuerte demanda de profesionales, y son estos perfiles laborales los que desarrollarán importantes soluciones tecnológicas a grandes retos de la sociedad: médicos, medioambientales, educativos, logísticos, industriales, artísticos o biotecnológicos, entre muchos otros. La presencia de más mujeres en este campo es esencial para aportar una mirada más centrada en la perspectiva social, la cooperación o un compromiso más grande con la cura de nuestro entorno.

Tres ingenieras de Telecomunicaciones han conversado con El TRIANGLE sobre estos retos, con motivo de la celebración del 8 de marzo. Todas ellas han desarrollado sus carreras profesionales con éxito, y ahora están comprometidas, a través la Asociación Catalana de Ingeniería de Telecomunicación y Tecnologías Digitales (Telecos.cat), en el fomento de la mujer TIC y de las vocaciones científico-técnicas entre las chicas, así como a generar un cambio en la percepción de la ingeniería e incrementar el número de ingenieras en Cataluña.

Sus trayectorias quieren ser un ejemplo para niñas y chicas que sienten una atracción por materias como las matemáticas, y que requieren un impulso o un acompañamiento para dar el paso. Este fue el caso de Marta Serrabou Guillot, ingeniera de Telecomunicaciones y actualmente, key account manager de Alcatel-Lucent.

La Marta, cuando era joven, “quería estudiar matemáticas”, y cuando hacía el Bachillerato, se sentía atraída por “asignaturas como la tecnología y la aplicación que podían tener las ‘mis queridas’ matemáticas en el mundo”. Finalmente, decidió estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones gracias a “el acompañamiento y la orientación que tuve de mis profesores del momento. Me conocían bien y me recomendaron que pusiera en práctica mis capacidades en unos estudios innovadores, que tenían buenas perspectivas de crecimiento y que me podrían proporcionar un buen desarrollo profesional”.

Este también fue el caso de Rosa Artisó Carrera, socia y directora general de Sayoscarrera, una empresa dedicada a la consultoría e ingeniería en el campo de las TIC, las tecnologías de la información y las telecomunicaciones. Sin tener ningún referente próximo a la familia, la Rosa decidió estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones en Barcelona ahora hace más de 30 años, y a pesar de ser consciente que eran unos estudios duros, sus profesores la animaron “ mucho”. “Cuando yo empecé los estudios, éramos muy pocas, y cuando pasé al trabajo, todavía menos”, recuerda la Rosa. “Me encantó entrar en el mundo laboral, desarrollar proyectos, trabajar en equipo”. Al cabo del tiempo, se casó con un ingeniero de telecomunicaciones, como ella, e impulsaron la ingeniería Sayoscarrera. “Lo hemos hecho a nuestra manera, y siempre hemos tenido muchas mujeres en nuestro equipo. De hecho, los primeros años éramos mayoría de mujeres, y esto a la gente le hacía gracia, y nos preguntaban si realmente éramos todas ingenieras. Nunca he tenido ningún prejuicio en este tema, y esto me ha dado una gran satisfacción”. Como calidades de la mujer en el sector, Rosa Artisó indica que “la mujer en ingeniería es muy buena, trabaja en equipo, es más conciliadora, más empática, y esto encaja muy bien en el entorno de la consultoría, donde tenemos que hacer equipos de trabajo mixtos”.

La vicepresidenta primera de Telecos.cat y coordinadora del grupo de trabajo Mujeres TIC de la asociación, Anna Sánchez Granados, forma parte de este sector gracias a la influencia de tres hombres. “Mi padre me regaló una caja de herramientas porque quería que arreglara cámaras de fotografiar, porque se ganaban muchos céntimos. Mi hermano estudiaba FP de electrónica, y yo lo ayudaba en casa. Y mi pareja había empezado a estudiar telecos y me enseñó lo que hacía, como eran matemáticas y física que acababan con cosas tangibles, y vi que eso era lo que a mí me gustaba”. Su hija también está estudiando ingeniería de telecomunicaciones, y las chicas continúan siendo una minoría, aunque hayan pasado treinta años.

Para la fundadora de la consultoría en innovación ITimes Advisers, hay que trasladar a las chicas que la tecnología “no es fría” y “puede aportar mucho a la sociedad”. El mensaje que quiere hacer llegar a las jóvenes interesadas en estas materias es que “las necesitamos para provocar un cambio y generar una humanización de la tecnología”. Cómo le dijo a su hija: “Con esto compras libertad e impacto en la sociedad”. Una libertad que, según Anna, se puede utilizar en los campos que quieran porque “la tecnología es totalmente transversal y pueden dedicarse desde la moda hasta la automoción, pasando por la medicina o cualquier otro sector. Hacen falta buenos líderes de la tecnología para crear una sociedad y un planeta más sanos”.

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