Centenares de personas con licencias de Vehículos de Transporte con Conductor (VTC) han participado este lunes en una marcha lenta que ha empezado en la Plaza España de Barcelona para reclamar que la pugna entre el taxi y las grandes plataformas no acabe con los VTC tradicionales. Los manifestantes, convocados por la Asociación Gran Turismo de Cataluña, insisten que no son taxis ni tampoco trabajan para plataformas como Uber o Cabify, y denuncian afectaciones negativas por el decreto VTC de la Generalitat.
El portavoz de los conductores, Román Llort, ha asegurado en declaraciones a la ACN que los VTC tradicionales han sido «perjudicados» por la normativa impulsada por el Gobierno catalán, puesto que provoca una «paralización» de más del 75% de la flota y «condena a desaparecer» al sector. Para simular la muerte de los VTC tradicionales, los conductores se han vestido todos de negro y han dejado al frente de la protesta a un coche de caballos con un ataúd, como si fuera un funeral.
Los manifestantes también han criticado que haya más de 300 licencias «secuestradas a pesar de cumplir todos los requisitos» y que no se concedan «por errores administrativos o sanciones prescritas», y han acusado Aena «de expulsarlos» del aeropuerto del Prat. Por tal poner fin a este «despropósito», el sector de los VTC tradicionales reclama una moratoria de tres meses porque todas las licencias que están en revisión puedan continuar operando y «una ley de acompañamiento al decreto consensuada con nosotros».
