Saül Gordillo clama su inocencia

El periodista Saül Gordillo nunca olvidará la noche del 1 de diciembre del 2022. El equipo del diario digital Principal.cat, que él dirigía entonces, había celebrado la cena de empresa típico de las fiestas navideñas y algunos de ellos decidieron continuar después la farra a la Sala Apolo.

De esta fiesta se derivaron dos denuncias por agresión sexual contra Saül Gordillo, formalizadas ante los Mossos d’Esquadra con mucha posterioridad –los días 21 y 23 de diciembre– por dos redactoras del Principal.cat. Además, la segunda denuncia estaba agraviada por la acusación de sumisión química contra él por parte de la presunta víctima.

La noticia fue avanzada por el diario Ara y reproducida por muchos medios de comunicación catalanes. Saül Gordillo fue citado a declarar por los Mossos d’Esquadra, que lo dejaron en libertad. La misma decisión que adoptó el juez que instruye estas supuestas agresiones sexuales.

La vida personal y profesional del periodista –que antes había estado director de Catalunya Ràdio– ha quedado destrozada. Casado y padre de dos hijos, Saül Gordillo está hundido y, a la vez, profundamente indignado. Y es que afirma que las supuestas agresiones sexuales de las cuales lo acusan las dos redactoras del Principal.cat son rotundamente falsas.

El visionado de los videos de aquella noche, grabados por el dispositivo de seguridad de la Sala Apolo y por la cámara de videovigilancia del edificio donde vive la segunda víctima, avalan la versión de Saül Gordillo y desmontan las graves acusaciones que se le formulan. Estos videos han sido incorporados al sumario judicial y podrían ser claves en la resolución del caso.

El video de la Sala Apolo refleja que en ningún caso hubo una agresión sexual, solo unos ligeros tocamientos físicos, en un contexto de fiesta y de baile, que fueron consentidos por la mujer, que en ningún momento muestra su rechazo o su disgusto. Es más, Saül Gordillo afirma que fue ella quien le hizo proposiciones de mantener relaciones sexuales, y que él se negó.

En el caso de la segunda víctima, las cámaras de la Sala Apolo no han detectado que Saül Gordillo le provocara la sumisión química a través de la bebida. Cuando salieron juntos de la discoteca, tampoco se observa que la mujer tuviera perturbada su capacidad cognitiva ni la movilidad.

Saül Gordillo, que vive en Mataró, la acompañó en su coche hasta su domicilio de Badalona, puesto que le cogía de camino. La videovigilancia de este edificio demuestra que la supuesta víctima salió normalmente del vehículo, sin ningún síntoma de haber sufrido una agresión sexual ni de estar bajo los efectos de la sumisión química, y que entró tranquilamente a casa suya.

Un periodista con muchos enemigos que se la tienen jurada
Desde que tuvo conocimiento de las dos denuncias contra él por agresión sexual, Saül Gordillo vive torturado, puesto que se considera víctima de falsas acusaciones. Tiene varias hipótesis que, según él, lo explicarían. De un lado, la relación entre el periodista Quique Badia, jefe de redacción del Principal.cat, y la abogada Carla Vall, especializada en la defensa de víctimas de agresión sexual y que ha tenido un papel muy activo en este caso, hasta el punto que fue la primera persona que, a través de Twitter, difundió la existencia de la primera denuncia, minutos antes de que lo hiciera el diario Ara. Después de ser despedido por el editor del Principal.cat, Quique Badia se ha convertido en el nuevo director, de facto, del diario, ocupando su lugar.

Durante su etapa al frente de Catalunya Ràdio (2016-22), Saül Gordillo también protagonizó algunos sonados enfrentamientos. Por ejemplo, con Mònica Terribas, directora de El matí de Catalunya Ràdio, hasta que dimitió en verano de 2021 por desacuerdos con la dirección. Fue a parar al grupo Mediapro, de su amigo Jaume Roures.

También es conocida la animadversión que mantenía con Teresa Farré, exdirectora de los departamentos de Producción, Planificación, Gestión Presupuestaria y Auditoría de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), de la cual depende Catalunya Ràdio. Teresa Farré es familiar directa de la segunda presunta víctima de agresión sexual.