¿Vender Barça TV es la última locura de Laporta?

Joan Laporta, presentando la renovación de Gavi

La última de las ocurrencias de los creadores del Barça de las palancas -o sea, de Joan Laporta- pasa por recurrir a la venta de Barça TV como una forma de burlar el control financiero que está ejerciendo LaLiga de Javier Tebas sobre los gastos del club azulgrana. Más que un control de caja, lo que ha hecho es limitar la inversión en fichajes del primer equipo, poniendo fin a esa especie de locura veraniega que el presidente aspiraba a reactivar en el mercado de invierno.

LaLiga le recuerda que tiene el límite salarial excedido, pendiente de una profunda revisión y puesta a punto, cada vez que desde el Camp Nou le piden que libere fondos, que sea flexible, y que mire para otro lado cuando a los amigos del presidente, en su mayoría agentes, se les ocurre sugerirle fichar a este o a aquel jugador. La amnesia de Laporta llega al extremo de estar negociando jugadores para el verano mientras que el fondo salarial no le llega ni siquiera para inscribir los nuevos contratos de Gavi y de Araujo que, casi definitivamente, no serán asimilados hasta la ventana de la temporada próxima.

Si se cansará Gavi y se irá a otro club, eso depende del jugador y quizá de las cláusulas incluidas en un contrato que, con toda seguridad, incluye penalizaciones en el caso de retrasar su entrada en vigor, pues el FC Barcelona no puede pagarle tampoco más de lo estipulado mientras no se actualice ese contrato que le permite irse, si quiere, por una cláusula de libertad bajísima.

La junta filtra que el jugador y su entorno están tranquilos y felices, casi disfrutando de esta situación, al menos así lo asegura la prensa colaboracionista intentando disimular y tapar una tragedia que, de momento, Laporta trata de contener.

Lo cierto, sin embargo, es que nadie está tranquilo y menos la junta, que trata de buscar un pequeño milagro para desbloquear el tope salarial impuesto no por LaLiga, sino por los números del propio Laporta en sus disparatada gestión. Por eso se le ha ocurrido vender Barça TV, un canal sujeto a un contrato de explotación a favor de Telefónica (a través de una sociedad independiente) y ahora mismo inmerso en un estado de huelga permanente cada vez que juega el primer equipo, a causa de las pésimas condiciones laborales de sus empleados. La normativa, según interpretan los abogados de la junta, permite ampliar ese margen salarial si se produce un beneficio como resultado de la venta de un activo que produce pérdidas.

Este sería el caso de Barça TV, suponiendo que pueda reflejar esa condición de activo deficitario teniendo en consideración que, ahora mismo, no forma parte exactamente de la estructura económica del club, sino que se trata de una subcontratación con TBSC Barcelona Producciones SLU que entrega el producto, o sea, la emisión del canal, como una llave en mano. Si esa relación, el gasto, se puede interpretar como pérdida puede ser una cuestión peliaguda y complicada. Como canal no posee derechos de televisión de los propios equipos del club y se focaliza en la cobertura de la actualidad informativa, esa es su principal razón de ser y de existir sin que, a cambio, genere ingresos, aunque tenga la obligación de exhibir y dar visibilidad a los patrocinadores principales.

Todo ello lleva a otra conclusión no menos interesante: si Barça TV no es rentable, sino un servicio a los socios y aficionados ¿quién va a pagar por quedársela?

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