Alimentación sostenible: hacia unos municipios metropolitanos resilientes

El AMB otorga subvenciones a actividades económicas municipales que fomenten el crecimiento sostenible

El AMB también busca ayudar a los productores y garantizar que reciben un retorno justo por el trabajo

Foto: AMB

Los efectos del cambio climático, la pérdida de la tierra cultivable y el crecimiento de la población, entre otros factores, comienzan a generar tensiones en los sistemas de alimentación globalizados, lo que ha llevado al Área Metropolitana de Barcelona (AMB) a articular políticas públicas para garantizar un abastecimiento accesible y justo de alimentos, manteniendo criterios sostenibles con el medio ambiente. «La sociedad ha tomado conciencia de que la alimentación tiene mucho que ver con la salud de las personas» y está interesada en saber «cómo contribuir positivamente al espacio agrícola», dice el director de las áreas de Planificación Estratégica y Presidencia del AMB, Salvador Milà.

Por eso, el ente metropolitano ha desarrollado un plan de acción a partir del cual colabora y subvenciona varios proyectos relacionados con la alimentación sostenible. Por ejemplo, como explica el técnico del área de Planificación Estratégica del AMB David Balbàs, el ente metropolitano ha participado en un proyecto llamado Espai Test Agrari en Sant Vicenç dels Horts, que consiste en poner tierras a disposición de gente que quiera empezar una explotación agraria y subvencionar parte de los gastos que implica su puesta en marcha.

Otro ejemplo de colaboración del AMB es La Botiga, en el Prat de Llobregat, un proyecto de garantía alimentaria que se basa en un tipo de supermercado donde las personas vulnerables pueden escoger los alimentos que necesitan, en vez de recibir una cesta con productos predeterminados. Es un “modelo más digno” para este colectivo que también permite proveer “alimentos más diversos”, detalla Balbàs.

El AMB tiene el compromiso de concienciar la ciudadanía sobre la importancia de una dieta equilibrada, saludable y sostenible, que sea económicamente accesible para todo el mundo, y, como señala Balbàs, ha hecho un importante adelanto en las políticas públicas para mejorar la alimentación de la ciudadanía. De hecho, mediante el plan de acción para la alimentación sostenible 2020-2023, el AMB tiene el objetivo de abordar conjuntamente todas las vertientes de la alimentación sostenible, que tiene que ser “buena y asequible para las personas, buena para la economía y el territorio y buena para el planeta”, explica Balbàs, además de tener en cuenta la economía circular en el ámbito metropolitano.

El plan, que identifica 32 acciones, se divide en siete ejes principales. Por un lado, está la gobernanza transversal y la coordinación con los diversos agentes; el conocimiento, para obtener datos sobre la producción y el consumo y fijar estrategias a medio y largo plazo para la alimentación sostenible; y la ordenación territorial y las infraestructuras agrícolas, de agua o de gestión de residuos.

Otros ejes son la incentivación de los productores; la facilitación de la distribución y comercialización de alimentos sostenibles y de proximidad; la promoción de dietas saludables, sostenibles y accesibles para toda la ciudadanía; y el desarrollo de varias actividades vinculadas a la capitalidad mundial de la alimentación sostenible de Barcelona, el pasado 2021.

El objetivo del AMB es caracterizar el sistema alimentario como otro vector que garantiza la funcionalidad y resiliencia de las ciudades metropolitanas, así como incorporar la perspectiva de un sistema alimentario sostenible en el conjunto de sus servicios y políticas.

Subvención de actividades

Además del plan de acción para la alimentación sostenible, el ente metropolitano otorga subvenciones a los municipios del área metropolitana para apoyar a actividades económicas vinculadas con la alimentación sostenible. Como explica Montserrat Ballarín, vicepresidenta del Área de Desarrollo Social y Económico del AMB, se trata de una innovación, puesto que “por primera vez hemos hecho una convocatoria de ayudas para la actividad económica relacionada con la alimentación para que los ayuntamientos, junto con empresas o productores, puedan hacer políticas potentes e innovadoras al servicio de la alimentación sostenible”.

La convocatoria del pasado 2022 tenía una dotación total de 150.000 euros, mientras que para este año es de 200.000 euros, y, según Milà, es una iniciativa que los consistorios “han agradecido porque se han dado cuenta de que puede contribuir a mejorar su economía local y la imagen de calidad de los municipios”. Las subvenciones buscan impulsar y consolidar los proyectos de políticas alimentarias de los distintos territorios metropolitanos desde la perspectiva económica, social y ambiental; así como favorecer las políticas de desarrollo local que fomentan la producción, distribución y consumo de productos agroalimentarios de proximidad, sostenibles y agroecológicos para promover la venta directa y los circuitos cortos de comercialización.

En este sentido, hay que destacar que el territorio metropolitano dispone de todos los elementos necesarios para conseguir una organización alimentaria potente, sostenible y justa. De hecho, los 636 km² que forman el área metropolitana de Barcelona cuentan con suelo agrícola para cultivar, como el Parque Agrario del Baix Llobregat o Collserola; infraestructuras para captar agua y alcanzar los cultivos, como por ejemplo la cuenca del río Llobregat o el acuífero del Besòs; una importante industria agroalimentaria; infraestructuras para gestionar los residuos; proyectos de huertos en parques metropolitanos y líneas de apoyo al comercio de proximidad.

“El AMB y los ayuntamientos metropolitanos trabajamos para conseguir que esta industria agroalimentaria sea verdaderamente potente e incorpore elementos de la seguridad y la sostenibilidad alimentaria, así como precios asequibles”, señala Ballarín, que también pone énfasis en la importancia de articular “políticas públicas sobre la alimentación que garanticen que el conjunto de la ciudadanía se alimente de manera saludable, sostenible y justa”.

Collserola y el Parque Agrario, clave para la política alimentaria metropolitana

El Parque Natural de la Sierra de Collserola y el Parque Agrario del Baix Llobregat son dos elementos clave para la organización alimentaria del área metropolitana de Barcelona. Tienen suelo agrícola para cultivar y, en el caso del Parque Agrario, pasa el río Llobregat, que cuenta con infraestructuras para captar agua y abastecer los cultivos. Para impulsar la actividad agraria y ganadera de la zona, el Consorcio del Parque Natural de la Sierra de Collserola ha empezado a desarrollar varios proyectos que ofrecerán a campesinos y ganaderos asesoramiento, subvenciones y otras facilidades. En total, las iniciativas cuentan con una dotación de casi 200.000 euros anuales y, actualmente, el Consorcio de Collserola tiene en marcha cerca de una decena de programas.

Por ejemplo, hay el programa Alimentem Collserola, con un presupuesto anual de 45.000 euros para el periodo 2021-2024, que favorece la dinamización para la transición agroecológica; también está vigente el Contrato Agrario de Collserola (CAC), dotado con 75.000 euros anuales, que consiste en el pago de subvenciones vinculadas a la actividad agropecuaria; y el programa Arrela’t, con un presupuesto de 5.000 euros en el año desde el 2018, se destina al asesoramiento y el acompañamiento al campesinado.

También se llevan a cabo acciones para mejorar y diversificar los cultivos, dotadas con 7.000 euros anuales; un programa que consiste en la cesión gratuita de maquinaria a los productores, y un servicio de silvopastura para el mantenimiento de las franjas de prevención de incendios, dotado con 12.584 euros hasta el 2022 y con 21.562 euros a partir del 2023. Además, se está redactando el Plan de pasto de Collserola, presupuestado con 40.000 euros y previsto para el 2023-2024.

Con relación al Parque Agrario, su situación estratégica dentro del área metropolitana hace que sea de vital importancia para el abastecimiento de alimentos a las ciudades que lo rodean. Ofrece productos de origen próximo y permite reducir la huella ecológica, y es uno de los suelos agronómicamente más fértiles de Cataluña: posibilita la producción de una gran variedad de cultivos.

Investigación e innovación: el proyecto Foodclic

El AMB participa desde el último mes de septiembre en el proyecto europeo Foodclic, el cual tiene el objetivo de desarrollar estrategias para fortalecer las redes de actores que pueden favorecer las políticas alimentarias locales y regionales. El proyecto plantea, hasta febrero de 2027, una cooperación entre agentes europeos públicos, científicos y privados para favorecer las políticas públicas alimentarias y desplegar mecanismos que faciliten la adopción de actuaciones integradas. Junto con el AMB, participan en el proyecto siete regiones europeas más: Berlín (Alemania), Lisboa (Portugal), Ámsterdam (Países Bajos), Budapest (Hungría), Brasov (Rumanía), Aarhus (Dinamarca) y la Plana de Luca (Italia). La iniciativa cuenta con la financiación integral de la UE y tiene un coste total de 11.182.035 euros. De estos, 739.125 euros corresponden al AMB por todo el periodo de duración del proyecto.

 

Redacción de El Triangle – Con la colaboración del Área Metropolitana de Barcelona

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