Creo que prácticamente nadie se ha escapado esta semana del bombardeo de reacciones respecto la canción de Shakira con Bizarrap, una canción que no ha necesitado ni promo como quien dice, y que creo que ha hecho surgir campañas fantásticas por parte de los genios del marketing y redes sociales de Casio, que lo han sabido aprovechar a la perfección -solo hay que dar un vistazo a su perfil de Twitter-.
Respecto las reacciones que precisamente no analizan el contenido musical, creo que dejan bien claro el tipo de sociedad en la que todavía estamos. Miles de artistas se inspiran y utilizan sus sentimientos, sus vivencias para explicar aquello que sienten, para desahogarse, para tener su momento de catarsis. Sin ir más lejos, hace unas semanas algunas personas relacionaban los motivos de la ruptura de Mario Vargas Llosa con Isabel Preysler con su libro “Los vientos”, donde habla de un enamoramiento por la “pichula que ya solo me sirve para haber pis”. Hablando de la Preysler y su vida amorosa, también un conocido suyo, Julio Iglesias, se despachó a gusto a la canción “Hey”, y si vayamos a músicos más actuales podemos hablar desde Ed Sheeran hasta C.Tangana, del que dicen que se inspiró en Rosalia para la canción “Tú me dejaste de querer”. Eso sí, de todos ellos no se ha escuchado que sean unos resentidos, unos perros rabiosos, ni que hayan destrozado su imagen. Ha sido cuando una mujer ha explicado simplemente que su marido le ha sido infiel y que no ha estado a la altura de las circunstancias, que todo el mundo se ha puesto las manos a la cabeza. Claro, ya lo sabemos, las mujeres que decimos las cosas tal como son, somos unas histéricas. Así nos han acallado siempre. Porque pobre hombre decir todo esto… Y yo me pregunto, ¿Esta canción la hubiera escrito si él hubiera hecho las cosas bien? ¿Si él, cuando eran pareja, hubiera sido bastante maduro como para cortar la relación cuando tocaba? Porque es él quien no lo ha hecho bien, ella ahora ya no le debe nada, se lo debe a ella misma para curar sus heridas. Respecto los niños, los pobres se encuentran en medio y ciertamente hay que tener cuidado por no herirlos, pero respecto a la responsabilidad parental, tampoco ha salido ninguno machirulo a criticar que Piqué haya hecho salir su hijo de 10 años en un espacio que no es para su edad.
En fin, que este pollo que se ha montado clara-mente nos muestra que para muchos las mujeres todavía estamos más guapas si no abrimos la boca, porque ser empoderadas, defender nuestros derechos y denunciar que se han pisado los hace sentir tan pequeños tan pequeños que para demostrar como de grandes son, tienen que rodearse de personas que no les hagan sombra. Una sombra que les podría haber servido, pero que ellos en su mediocridad ven como un estorbo.
