En el nuevo entorno del Barça de Joan Laporta se han revelado personajes infalibles como Lluís Carrasco, presunto autor de esa lona del Bernabéu que, por ahora, solo ha traído desgracias y calamidades al Camp Nou, además de una liturgia de sometimiento y de sumisión del presidente del Barça a la voluntad del gran mago Florentino el Blanco.
Desafortunado, inoportuno y advenedizo en este universo del Barça, Carrasco va coleccionando disparates y meteduras de pata que tienen su origen en esa compulsión incontrolada por ser protagonista en medios y redes, pero sobre todo en su demostrado desconocimiento e ignorancia del mundo azulgrana que le rodea.
La última es para enmarcar, un comentario suyo sobre la figura de moda, Leo Messi, que contiene suficientes y sobrados elementos para no abrir nunca más la boca o para que, alguien del club con mando y autoridad le invite a hacer voto de silencio: «La camiseta albiceleste con el 10, ¡agotada en todo el mundo! ¿Os imagináis que podría suponer el próximo año la última camiseta de su carrera de azulgrana? ¿Y el homenaje de despedida en todos los estadios que jugara dejando a Dembélé en el banquillo? Sueños de poetas«.
Para el barcelonismo de verdad, esa alusión al 10 de Leo azulgrana que, por voluntad del presidente, hoy es una pesada carga, excesiva e injusta para Ansu Fati, resulta extremadamente dolorosa, pues precisamente el drama y la vergüenza que ensombrece el ánimo del aficionado barcelonista estos días radica en no poder celebrar ni beneficiarse de esa suprema y exclusiva patria potestad que el Barça perdió el día 5 de agosto de 2021, cuando Laporta decidió echarlo.
Resulta ahora que, por un lado, Lluís Carrasco vive y exhibe su absoluta lealtad incondicional a Laporta, porque en eso le va el chollo de su vida como redactor de lonas, y por el otro sugiere fichar a Messi y, además, utilizarlo de muñeco publicitario. Eso sí, castigando a Dembélé.
¿Acaso Lluís Carrasco está disconforme con la gestión de Laporta, que decidió expulsar a Messi cuando lo tenía renovado y recuperar a Dembélé cuando ya había acabado contrato?
Otro tuit pretérito suyo decía así: «El club tiene futuro gracias al cambio de junta directiva y presidente que cambió el desastre (…) Podía haber sido el final del club. No es una frase hecha, es una realidad que el Barça no podía pagar las nóminas. Gracias a la moción de unos valientes y a unos valientes por entrar». Un mensaje que también conviene analizar por saber si para evitar ese «desastre» la solución era deshacerse de Messi con todo lo que ha ocurrido después, como jugar dos veces la Europa League y no ganar nada en el primer año de gestión además de haber arruinado patrimonial y económicamente el club.
Desde luego, al Barça le vendría bien tener hoy en nómina a Messi y obtener un provecho infinito de su título mundial, pues el Camp Nou sería para siempre su santuario y la meca del fútbol donde creció y se forjó la leyenda. La fantasía de Lluís Carrasco es sólo eso, una ensoñación y otro de sus delirios por culpa del cual seguro que le toca pedir perdón a Laporta y a Dembélé.
También puede optar por reaccionar como cuando le dedicó el siguiente comentario a Laura Borràs: «Si un grupo se te acerca con la intención de agredir a su acompañante, puedes hacer dos cosas, plantar cara o huir y dejarla sola bajo las babas de los depredadores. Hoy, en el Congreso, Laura Borràs será violada». Después de este incidente con Laura Borrás, decidió borrar su cuenta personal de Twitter… pero no para siempre. Ahora tiene otra oportunidad de hacerlo si se suma esta última ocurrencia sobre Messi a la que tuvo con motivo del empate en casa contra el Inter esta temporada: «Se han equivocado todos -dijo-, desde el staff, los jugadores y hasta la afición, que podía haber dado un poquito más. No hay ningún culpable, pero la responsabilidad es compartida».
O sea, que la culpa de la eliminación del equipo en Champions, por segunda vez consecutiva, fue también de los socios, según él.
