Las relaciones entre la prensa laportista y la directiva del FC Barcelona, como no es difícil de adivinar, están basadas en una mutua y reciproca colaboración de la que sólo se conocerá con el tiempo si existen contraprestaciones que exceden los límites esos convenios estándar publicitarios. En la campaña electoral de Joan Laporta, TV3 fue, con diferencia, el medio donde más y más costosa publicidad contrató y sufragó alguien que no fue, desde lueg,o ni el propio candidato ni su núcleo duro, pues a la hora de la verdad resultó que entre todos no podían aportar apenas un% 2 o 3% del aval.
También salta a al vista que el diario Sport es actualmente el medio en el que aparece también más publicidad comercial con una notable ventaja sobre su competidor, Mundo Deportivo, que apenas recibe parte del pastel en proporción inversa a esa línea editorial más independiente y plural que tanto desagrada a Laporta y a sus secuaces.
Ahora ha surgido lo que parece ser un nuevo modelo de entente adaptado a las redes sociales y a esos canales que entre Twitch y YouTube están ganando audiencia. Hace poco, uno de ellos se vio obligado a vender por su canal jerséis del Barça para seguir dando la lata, mientras que otro de los pilares de esta tierra laportista, el periodista Gerard Romero, ha iniciado una gira por toda España montado en una especie de furgoneta de campaña convenientemente serigrafiada con su marca, Jijantes.
Como organizó una salida que pretendía ser multitudinaria, alguien se fijó en que la matrícula del vehículo coincidía con la del bus adaptado de campaña que utilizó Laporta en el invierno de 2020.
Rápidamente, surgieron comentarios que relacionaron este detalle con el entorno del presidente. En primer lugar, porque Gerard Romero lleva siendo desde hace varios años uno de los azotes de Josep Maria Bartomeu y uno de los trovadores más emblemáticos, persistentes y locuaces de Laporta y de sus gestas en el palco del Camp Nou. Pero, sobre todo, porque él mismo le pidió en antena a Lluís Carrasco, el de las lonas, que le arreglase con la directiva la posibilidad de arrancar su gira desde la explanada del Camp Nou. Aunque Lluís Carrasco no figura, en principio, en ningún organigrama actual del club, le respondió, también en directo, que se iba a ocupar de ello.
Lluís Carrasco se ha dado por aludido antes de que nadie lo señalara, justificando que todo es casualidad, pero no es la maledicencia la que invita a pensar que cierta prensa tiene privilegios y ventajas, sino las evidencias lo que confirman un tráfico de influencias y de favores más o menos selecto en este ámbito del periodismo de cámara y de influencers.
El alcance y grado de ética de estas relaciones sospechosas no se sabrán, conviene recordarlo, hasta la próxima due diligence o el próximo forensic.
