La incontinencia de Masip pone otra vez en evidencia a su jefe Laporta

Su principal palmero y guardaespaldas ha salido a defenderle de las denuncias de Frenkie de Jong por las presiones que sufrió en verano para irse del Camp Nou

Enric Masip i Joan Laporta

Foto: Enric Masip

No es ningún misterio que Enric Masip se ha convertido en poco más que en la sombra del presidente del FC Barcelona, una especie de guardaespaldas, aunque inútil a todos los efectos, pues no es su cometido ni su profesión, con la única misión de acompañarlo allí a donde hay una comida espléndida, una cena interminable, una fiesta o un viaje de cinco estrellas y, ocasionalmente, alguna reunión de trabajo en las que, se le interpele o no, siempre emite algún tipo de opinión del todo intrascendente.

Masip, básicamente, se ha dedicado a ejercer de pistolero en Twitter contra cualquiera que discrepe de la gestión de Laporta o, simplemente, considere que no se le aplaude con el suficiente entusiasmo o como es debido a esa junta que de forma tan generosa le permite vivir y disfrutar de un día a día de cinco estrellas sin apenas dar un palo al agua.

La ultima de sus heroicas defensas del presidente ha tenido como blanco al jugador del primer equipo Frenkie de Jong, al que ha acusado de mentir además de afearle que haya denunciado presiones recibidas desde diferentes estamentos del club para ser traspasado el verano último.

Otras actuaciones de la directiva, de la secretaría técnica y de la propia dirección del primer equipo pueden estar abiertas a matices e interpretaciones, pero desde luego si ha habido un futbolista al que se ha empujado a salir del club, exactamente en dirección al Chelsea, porque con el beneficio de la operación se solucionaba una parte importante de las estrecheces del margen salarial para fichar, ese jugador ha sido el neerlandés Frenkie de Jong.

El propio presidente, de puertas a fuera, ha reconocido repetidamente y en tono lastimoso eso de que «nos gustaría que se quedase…», una frase que no deja lugar a dudas sobre las verdaderas intenciones de la directiva y de Joan Laporta, que había dado instrucciones precisas de buscarle una salida a De Jong, con preferencia rumbo al Chelsea.

Laporta repitió varias veces esta misma y ambigua sentencia sobre De Jong porque sus planes para disponer de dinero fresco con el que fichar pasaban por obtener un buen pellizco de su traspaso y también con que los capitanes se rebajaran el sueldo.

Ni Frenkie de Jong ni los capitanes cedieron a presiones que, en el caso del holandés y de Gerard Piqué, fueron evidentes y públicas con alusiones descaradas e inequivocas del presidente, incluso en la asamblea de compromisarios donde los puso a los pies de los caballos delante de la afición.

De Jong, con esa naturalidad y simpleza propia de los futbolistas de Países Bajos, De Jong respondió a preguntas del diario Ziggo Sport, en los días previos al Mundial, asegurando que siempre «estuve tranquilo. Decidí, en mayo, que quería quedarme en el Barcelona». Agregó que «mi opinión nunca cambió durante todo ese período. Permanecí tranquilo. Pero luego ya se sabe. La presión empezó a llegar… De los periódicos, del presidente… De todos lados, de hecho. Pero yo quería quedarme, así que nunca me desconcertó». De Jong reconoció que no habla mucho con Xavi: «Solo hablamos de fútbol». Añadió que «sabía que tendría menos minutos al inicio de la temporada» y que «quiero ser titular de nuevo».

Sinceridad, aunque sin acritud, simplemente la exposición de unos hechos irrefutables que en algún momento provocaron situaciones de crispación, sobre todo cuando la prensa dominante, laportista, comenzó a apretar el acelerador y señalar a Frenkie de Jong como culpable de impedir la llegada de jugadores como Lewandowski, Raphinha o Koundé. Tal fue el efecto de la afilada pluma del periodismo que en los primeros partidos del Camp Nou el propio entrenador, Xavi Hérnandez, no se atrevió a alinearlo porque la afición barcelonista lo recibía con silbidos y protestas.

De hecho, mientras estuvo abierta la posibilidad de inscribir jugadores, fue Xavi quien le envió mensajes igualmente sintomáticos de suplencia y de sólo alinearlo como defensa cuando salía sustituyendo a otro compañero, una maniobra encaminada a provocar que De Jong abandonara su empeño por triunfar en el Barça. El terrible desgaste, sin embargo, no surtió efecto, pues de Jong se mantuvo en su postura, inamovible, contra la determinación de la junta y del entrenador por venderlo. De Jong siempre tuvo claro que detrás no había razones deportivas sino económicas para deshacerse de él.

Sin embargo, Masip ha querido colgarse otra medalla y no defraudar a ese reconocimiento de palmero laportista con un tuit que también le retrata: «Puedo decir con conocimiento de causa que la persona del Club que más ha defendido la continuidad y por supuesto la no venta de @DeJongFrenkie21 ha sido una, tiene nombre y apellido @JoanLaportaFCB Nunca se planteó venderlo, NUNCA ni con la delicada situación del Club».

Está claro que si Laporta no hubiera tenido ninguna intención de venderlo le hubiera bastado con afirmar que «De Jong no está en venta ni saldrá del Barça esta temporada». No lo hizo por la sencilla razón de que interesaba venderlo, una opción que además sigue encima de la mesa de cara al verano próximo porque los problemas de margen salarial, pese a los 870 millones obtenidos por las palancas, siguen sin resolverse.

La palabra de Laporta y también la de Masip deben ponerse sistemáticamente en cuarentena, pues después de tanto señalar y acusar a unos y otros, tanto a Sergio Busquets como a Jordi Alba, acaban de admitir que nadie de la directiva les pidió que se redujeran el salario de cara a esta temporada. Meter a todos los capitanes en el mismo saco cuando sólo se le buscaban las cosquillas a Piqué demuestra el talante manipulador y poco escrupuloso de quienes manejan este tipo de cosas, entre ellos Enric Masip y sus tuits ocasionales, sin sustancia, malintencionados y embusteros.

Sólo faltaba el comentario de otro enterado del club de los palmeros laportistas, el pancartista Lluís Carrasco, sobre las declaraciones de De Jong: «Me sorprende que en ese contexto hable de un verano que fue muy difícil para el Barça». No lo sería para él, que fue invitado a uno de los mejores hoteles de Las Vegas con ocasión de la gira de verano. Esa es su única forma de hacer y entender el barcelonismo, además de utilizar el club a favor de sus negocios profesionales

(Visited 252 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

NOTÍCIES RELACIONADES

avui destaquem

Deja un comentario