La inflación ha dejado bajo mínimos a la Fundació Banc dels Aliments de les Comarques de Tarragona, que aporta comida a 165 entidades solidarias. En la actualidad la reparten entre 40.000 beneficiarios de toda la provincia.
La situación, negativa pero no irreversible, no ha impedido que siga enviando los productos que piden las asociaciones caritativas. Mandan paquetes de alimentos más reducidos, pero nadie se queda sin comer, aunque haya menos variedad que antes y no tengan muchos productos frescos.
El Banc dels Aliments ha denunciado que se está quedando sin stock. Las enormes estanterías de sus instalaciones de Reus están casi vacías, porque todo lo que les llega sale rápidamente.
Los excedentes ya no llegan
Ha reconocido que uno de los motivos principales es que la industria agroalimentaria ya no genera muchos excedentes, productos sobrantes que donaban a la institución. Ha asegurado que la cantidad de las donaciones ha caído considerablemente.
“El sistema con el que trabajaba la industria alimentaria ha cambiado y entra menos comida”, ha explicado Antoni Garcia, secretario del Banc dels Aliments, en declaraciones al Diari de Tarragona. “Las grandes superficies trabajan a pedidos. Compran solo lo justo que saben que venderán según la demanda que tengan y por lo tanto no quedan excedentes, muchos de los cuales llegaban a nosotros”, ha señalado.
Podrán seguir con su servicio gracias a la segunda tanda de alimentos de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea, que ha llegado recientemente mediante el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA). El Banc calcula que la demanda de alimentos aumentará un 10% y la entidad ayudará a unos 44.000 beneficiarios por la crisis económica y por el descenso de la ocupación en el sector servicios tras el cierre de la temporada alta de verano.
