El futuro de la construcción del gasoducto Midcat, que permitiría conectar energéticamente la península Ibérica con el centro de Europa, pasando por Cataluña y Francia, no acaba de estar claro. El país francófono, una de las partes implicadas, no cree que sea la solución adecuada para la actual crisis energética mientras que, por otra parte, la financiación del proyecto es uno de los grandes interrogantes al que la Comisión Europea podría dar respuesta.
El presidente del ejecutivo español, Pedro Sánchez, consideró que parte del dinero debía venir de Bruselas y, según ha publicado El Mundo, la Comisión no descarta financiar parte del gaseoducto. De hecho, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha mostrado a favor de iniciativas como esta, ya que permitirían avanzar en la desconexión total de los hidrocarburos rusos y en el establecimiento de un mercado energético común interconectado.
En este sentido, el citado medio explica que desde la Comisión han asegurado que «están preparados para dar proyectos que coinciden con los objetivos marcados por el plan de REPoweEU», y que pretenden poner «a disposición de los Estados miembros fondos europeos, aparte de aquellos disponibles bajo el Mecanismo de Conectar Europa, dirigidos a proyectos de interés común«. Sin embargo, como condición a esta financiación, Bruselas reclama un acuerdo entre los países implicados, así como que el gasoducto se pueda utilizar para transportar hidrógeno verde.
La Comisión ha insistido al medio citado en la importancia de seguir el camino de la transición ecológica, y ha señalado que «una infraestructura transfronteriza como esta debe contar con más evaluaciones a largo plazo para aprovechar el gran potencial de hidrógeno renovable que tienen la península Ibérica y el norte de África».
