Se non è vero, è ‘mal’ trovato…

Hay una célebre locución italiana que dice se non è vero, è bien trovato – dando por buena una falsedad. En los tiempos que corren, en el periodismo, y en otros campos -la judicatura…-, deberíamos reivindicar justo lo contrario y sin excepcionalidades: Se non è vero, è ‘mal’ trovato. Desde la autocrítica, lamento la mala praxis de un segmento de una profesión, la periodística, en horas bajas. Leía en una supuesta pintada: «Si una persona dice que llueve y otra que no, el trabajo del periodista debería ser abrir la ventana y averiguar si llueve». Esta máxima era y debería seguir siendo la idea central, no la de creerse dioses y querer provocar lluvias. Si sabes que una información es falsa, no la publicas, y si tienes dudas, tampoco. De eso iba la historia, o de eso debería ir.

Demasiados periodistas en este país se creen semidioses con el don de hacer llover. Eduardo Inda sería un caso claro, pero también Antonio Ferreras, entre otros. Nuevos audios de José Manuel Villarejo -encarnación de Torrente– han destapado esta semana conversaciones entre el excomisario y el conductor de Al Rojo Vivo y director de la Sexta. En ellos, Ferreras reconoce que pese a sospechar que una información de Inda era falsa -sobre la presunta cuenta corriente que el entonces líder de la formación Podemos, Pablo Iglesias, tendría en un paraíso fiscal-, la daría igualmente –non è vero, pero è ben trovato. Ésta ha sido la última gota. También esta semana se han publicitado audios donde se puede escuchar cómo se fabricó el dossier falso contra Xavier Trias, que El Mundo se encargó de contar poco antes de unas elecciones municipales en Barcelona. Da igual de dónde vengan las mentiras -periodistas, jueces o policías- y contra quienes se destinen –podemitas o independentistas-, la mentira es mentira y reprobable. Por otra parte, hablando del papel de la justicia, tergiversando Monterroso: “Cuando despertó, la fiscalía aún no estaba” …

Luego nos escandaliza que las encuestas del CIS otorguen a los medios de comunicación un elevado porcentaje de culpabilidad por la crispación política que sufre el país. Lo más triste de todo, es que se acaba haciendo un totum revolutum y perjudicando a toda la profesión, cuando en la viña del señor hay también buen periodismo, de aquél que abre la ventana para explicar si llueve. Ese periodismo, el que rehúye el barro, que como las meigas, haberlas haylas.

Como decía Walter Burns (Walter Matthau) a Hiddy Johnson (Jack Lemmon) en Primera Plana: “Necesitaremos las últimas palabras de Williams antes de morir, mientras sube los 13 escalones. Algo con mucha garra… Si quieres, te las inventas”. Pues eso, algunos periodistas -quiero creer que una minoría- hace esto, inventarse las últimas palabras de Williams…

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