¿Por qué peligra más que nunca la economía del Barça?

Jaume Guardiola

El Cercle d’Economia, tras celebrar sus primeras elecciones en 64 años de historia, ha elegido nuevo presidente a Jaume Guardiola (foto) por 634 votos frente a 243 de su oponente, Rosa Cañadas. El ex-consejero delegado del Banco Sabadell se convertirá este martes próximo en la cabeza visible de esta institución empresarial y económica de Catalunya. Era una victoria cantada, pues Guardiola había presentado el doble de avales que su rival.

Para el FC Barcelona esta es una noticia que ha de tener consecuencias, si se confirman las expectativas que daban por segura la dimisión de Jaume Guardiola al frente de la Comisión Económica de club, un extremo que no exigen los estatutos, pues precisamente contemplan lo contrario: “La Comisión Económica es un órgano colegiado de carácter consultivo integrado por seis socios del Club de prestigio reconocido y experiencia en la gestión económica y de patrimonios, uno de los cuales debe ser designado por la Junta Directiva de entre sus miembros”. No existe, al contrario, ninguna incompatibilidad.

Algunas fuentes señalan, en cambio, que Jaume Guardiola quería salir corriendo del Barça desde el primer día que hubo de cumplir con la misión imposible de controlar, tutelar y emitir informes sobre los desmanes económicos de Joan Laporta.

Ciertamente, el tránsito de consejero delegado del Banc Sabadell a este cargo honorífico en el FC Barcelona le dio una catapulta de prestigio, calculada para llegar a las elecciones del Cercle d’Economia con su autoridad como economista intacta.

Ha tenido suerte, desde luego, de que el aparato mediático del laportismo lo haya tratado, más que con condescendencia, con tanta distancia que no ha tenido demasiado protagonismo, más allá de ser cómplice de la barbarie del cierre del anterior ejercicio con 481 millones de pérdidas, 300 millones voluntarios en forma de devaluaciones de jugadores y provisiones de fantasía.

No obstante esa locura, pidió a los socios que lo aprobaran, del mismo modo que no abrió la boca cuando Laporta planteó en la asamblea suprimir los dos únicos controles posibles, uno sobre la ratio de deuda, que hasta ahora no debía superar dos veces el ebitda, y otro que limitaba a dos ejercicios la posibilidad de presentar pérdidas de una junta directiva. Guardiola ni siquiera tomó la palabra, le pasó el ‘muerto’ a un miembro de esa comisión que, como pudo, mostró su resignación a aprobar un cambio estatutario tan poco deseable.

Aún así, el empresariado catalán ha entendido que Jaume Guardiola merece ser presidente del Cercle d’Economia.

Si ahora dimite, como se espera, de su cargo en el Barça, el vicepresidente económico Eduard Romeu está a la espera de ser nombrado nuevo presidente de esta Comisión Económica. Al menos, él se ha creído la promesa de Joan Laporta de nombrarlo sucesor de Guardiola.

De confirmarse, sería otra decisión endogámica, mediocre y casera para ocultar a los socios lo que realmente se cuece a espaldas de todo el mundo.

Eduard Romeu no cumpliría con el requisito estatutario de acreditar un reconocido prestigio en este ámbito. Las credenciales de Eduard Romeu, con el permiso y la bendición de Jaume Guardiola, han sido fallar estrepitosamente en cubrir un presupuesto de 765 millones, llegando apenas a 600 millones y haber de correr a 15 días del cierre del ejercicio a la casa de empeños para vender las joyas de la abuela. El Barça nunca ha estado en tan peores manos.

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