ERC ha incrementado públicamente este lunes la presión sobre la presidenta del Parlamento de Cataluña, Laura Borràs (Junts), para que deje el cargo ante la posibilidad de que sea enviada a juicio por el caso de presunta corrupción con los contratos de la Institución de las Letras Catalanas (ILC).
La portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha reclamado a Borràs que «no arrastre al Parlamento y al independentismo» a una causa judicial que considera manchada de «acusaciones de corrupción», y la ha instado a «tomar decisiones» no actuando «como persona individual», sino evitando situar a la cámara en una «batalla judicial» y el «descrédito».
Vilalta, además, ha rechazado que la causa por la que ha sido procesada Borràs forme parte, como aseguran la presidenta del Parlamento catalán y figuras de Junts, de la represión que el independentismo atribuye a las instituciones del Estado central, aduciendo que en este caso «hay acusaciones de mala praxis».
La portavoz y diputada republicana se ha alineado con la presunción de inocencia, pero se ha mostrado partidaria de que se aplique «cuando corresponda» el artículo 25.4 del reglamento del Parlamento de Cataluña, que prevé la suspensión de un miembro de la cámara al que se le ha abierto juicio oral por un caso de presunta corrupción.
Borràs se encuentra a un paso del banquillo de los acusados después de que el juez instructor del caso de los contratos de la ILC cerrara por segunda vez la instrucción la semana pasada. Entonces, una figura de ERC como la expresidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell ya sugirió a Borràs, con argumentos parecidos a los de Vilalta, que se planteara renunciar a la presidencia de la institución si tiene que ir a juicio, en lugar de aferrarse al cargo.
