Un acercamiento hacia África. Al menos, eso sugieren las agendas de la consejera de Acción Exterior, Victoria Alsina (Junts) y del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont.
Alsina se ha desplazado este miércoles a Senegal para presentar a las autoridades locales la delegación que la Generalitat abrió en 2020 en la capital, Dakar. El gobierno catalán ha destacado que este es el país africano al sur del desierto del Sáhara con mayor presencia de organizaciones catalanas, y una prioridad de la acción exterior de la Generalitat.
Ya en la fase creciente del procés, cuando Artur Mas presidía la Generalitat, el entonces consejero de la Presidencia y portavoz del gobierno catalán, Francesc Homs, también había viajado a Senegal, una estancia sobre la que no ofreció demasiados detalles.
En marzo de este año, por otra parte, se había anunciado que una de las nuevas embajadas catalanas en el exterior se inauguraría en Sudáfrica, con la que ya serán tres las que suma la Generalitat en el continente africano, contando también la de Túnez.
En paralelo, el expresidente Puigdemont se ha hecho una foto con representantes de otro movimiento secesionista frustrado, el de Biafra, un territorio que se declaró independiente de Nigeria en 1967. Aquel intento de secesión desembocó en una guerra civil de dos años y medio, en cuyo marco el bloqueo del ejército nigeriano en Biafra provocó un grave problema humanitario de hambruna.
Según ha explicado Josep Lluís Alay, el jefe de la oficina de Puigdemont, el expresidente y eurodiputado de Junts recibió a una «delegación de Biafra» y hablaron «de Catalunya» (sin aclarar en qué términos) y de «la represión del pueblo igbo y la detención ilegal de Nnamdi Kanu», dirigente del movimiento independentista de Biafra.
