100 días de guerra en Ucrania y 40.531 refugiados del conflicto en Catalunya, según la Cruz Roja. “Las primeras semanas fue como un tsunami, llegaban cientos de personas cada día”, ha asegurado Enric Morist, coordinador de la entidad, en declaraciones a El Periódico de Catalunya. Después fue reduciéndose el ritmo en el que llegaban desplazados que pedían ayuda tras huir del conflicto.
Ahora instituciones, ONGs y otras organizaciones que proporcionan ayuda humanitaria necesitan lotes de comida y ropa. “El Gobierno central sigue sin transferirnos los fondos que necesitamos”, han señalado desde la Generalitat. Muchos refugiados vuelven a su país o han de trasladarse a otras comunidades autónomas por falta de alojamientos en territorio catalán.
Entre el 7 y el 13 de marzo, fue el momento cumbre. Llegaban una media de 600 personas al día, especialmente a través de los trenes que paraban en la estación de Sants. Otros lo hacían en los aeropuertos y por carretera. “Algún día llegamos al millar”, ha indicado Morist.
A finales de marzo, 9.500 los ucranianos dormían en los hoteles de Catalunya financiados por el Ministerio de Inclusión. Ahora las cifras han bajado. Hay 4.861 refugiados alojados actualmente. Mientras, otras 4.444 personas han sido derivadas a otras comunidades autónomas o a otras organizaciones. “Si no lo hubiéramos hecho, tendríamos un colapso de alojamiento en Catalunya”, ha justificado Morist.
Niños y adolescentes, la mitad de los refugiados
La mitad de los refugiados son niños y adolescentes y 4.500 ya se han incorporado a la escuela catalana. “Hay que contar que hay más de 5.000 niños menores de 3 años y adolescentes entre 16 y 18 años”, ha afirmado Mireia Mata, secretaria general de Igualdad en el Gobierno catalán.
El mayor problema es que las familias ucranianas que están residiendo en Catalunya están haciendo un esfuerzo enorme para pagar todos los gastos. Suben las facturas, hay que comprar ropa de verano y llenar la despensa. “Son familias trabajadoras que necesitan una ayuda”, ha recordado Morist. “Nosotros planteamos una renta tipo Ingreso Mínimo Vital a todos los refugiados”, ha propuesto Mata, que ha señalado que esta ayuda debe llegar desde La Moncloa.
Los servicios sociales municipales, que tratan de dar respuesta a este problema, están colapsados por la pandemia. Barcelona, en 60 días de atención especializada, ya ha concedido casi 500 ayudas a refugiados ucranianos, aunque son más de 1.500 hogares las que las han pedido. De media, se han repartido 233 euros por hogar.
