Puigdemont y su entorno la emprenden contra Europa en plena guerra en Ucrania

La presidencia de la Eurocámara cierra el micro al expresidente y a Comín cuando intentan disimular su relación con la trama rusa a la vez que Alay se burla de Von der Leyen y Borrell

Las relaciones de los eurodiputados de JxCat, Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí, con el Parlamento europeo y la Comisión Europea han empeorado bastante en las últimas semanas, coincidiendo con la invasión rusa de Ucrania. Los dos primeros han visto cómo la presidencia de la Eurocámara les cerraba el micrófono cuando intervenían para negar credibilidad a las informaciones que les vinculan con los esfuerzos por conseguir el apoyo del Kremlin a la independencia de Catalunya. Paralelamente, Josep Lluís Alay, jefe de la Oficina de Carles Puigdemont, que viajó en varias ocasiones a Rusia para pedir este apoyo, ha descalificado con dureza en Twitter a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell.

El pasado 8 de abril, Alay acompañó la reproducción de un fotografía de Von de Leyen y Borrell en Kiev, donde acudieron para reunirse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, del siguiente texto: “Es tan bajo el nivel, que lo sufriremos todos”. El jefe de la Oficina de Puigdemont como ex presidente de la Generalitat ha evitado hacer comentarios sobre la guerra en Ucrania en su perfil de Twitter aunque, el mismo día, comentó la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en un hilo de mensajes en el que pedía que se expulsara a otros países como China, Birmania, Indonesia y Corea del Norte.

Puigdemont y Comín respondieron de forma distinta cuando la presidencia de la Eurocámara les retiró el sonido del micrófono. Puigdemont se encogió de hombros y se calló mientras que el ex-consejero de Salud siguió hablando y se despidió gritando “¡la Unión Europea lo pagará caro!”.

El motivo de la interrupción del discurso de Puigdemont, el 6 de abril, fue, según la presidenta, que lo que estaba diciendo no se correspondía con el debate previsto. El ex-presidente quería defenderse de la acusación de que está vinculado con la trama rusa mencionada. Empezó diciendo que la persona a la que se acusaba de ser un espía ruso y de ser un enlace entre el movimiento independentista y Vladimir Putin, Alexander Dmitrenko, era el responsable de las relaciones comerciales entre Cataluña y Rusia de la Cámara de Comercio de Barcelona. Reconoció que se había reunido con él diez minutos haciendo un café pero dijo que las autoridades españolas le habían acordado su residencia en la Unión Europea, algo que, a su entender, es incompatible con la acusación de ser un espía ruso. Y siguió: «Hay que saber que mientras Cataluña se manifestaba en masa para ser un Estado independiente dentro de la Unión Europea los buques de guerra rusos repostaban más de 50 veces en puertos españoles…». Fue cuando estaba diciendo esta frase que la presidencia de la Eurocámara le cortó después de advertirle de que se estaba alejando del tema a debate.

A Toni Comín le habían cortado el sonido, el mismo día, cuando estaba criticando a España y Europa a raíz de la investigación abierta por el Parlamento europeo sobre la trama rusa. El presidente del grupo del Partido Popular Europeo, Manfred Werner, había vinculado al independentismo catalán con Putin. Comín dijo que se trataba de fake news y, después de comparar a Putin con Franco y decir que en España hay fosas comunes como las que se han descubierto en Ucrania estos días, siguió afirmando que “no ha sido Cataluña quien ha estado cooperando con el régimen de Putin, haciendo negocios durante todos estos años. Han sido algunos de los grandes estados europeos los que han estado alimentando a este régimen…”. Fue entonces cuando la presidencia de la Eurocámara desconectó su micrófono porque ya había consumido el minuto que tenía para intervenir.

Que les corten el sonido a los micrófonos de los eurodiputados de JxCat se ha convertido en normal en el Parlamento europeo. Al tercer miembro de este grupo, Clara Ponsatí, se lo habían cortado el 23 de marzo cuando introdujo en su intervención una crítica al acuerdo entre España y Marruecos que nada tenía que ver con el debate que se estaba produciendo en la Eurocámara.

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