Con el patrocinio de Spotify, el Barça pierde, como mínimo , 13,5 millones cada temporada

Con el patrocinio de Spotify, el Barça pierde, como mínimo , 13,5 millones cada temporada

El acuerdo del Barça con Spotify llegó a la asamblea de socios compromisarios, tal como estaba planificado, acompañado de un despliegue de cifras reales que fueron filtradas convenientemente a los medios más afines para una exposición manipulada, tendenciosa y mentirosa previa a su aprobación.

Una campaña diseñada desde el aparato de comunicación del club y liderada y puesta en escena por el diario Sport, un medio entregado sin límites a Joan Laporta y dispuesto verdaderamente a cualquier cosa con la condición de satisfacer rendidamente sus locuras, intereses y planes. Finalmente, para que los socios pudieran confirmar unas condiciones de patrocinio de 13,5 millones menos que las firmadas por la anterior directiva de Josep Maria Bartomeu.

Aclaradas y confirmadas las cifras tan secretamente pactadas con Spotify, el diario Sport y otros medios satélites las ofrecieron a los socios en clave triunfalista bajo un titular aparentemente demoledor: “Spotify puede dejar 960 millones a las arcas del Barça en 12 años”, calculando con suficiente fantasía e imaginación las cifras reales del acuerdo.

La letra pequeña, sin embargo, aclaraba que lo que se ha firmado, aquello que el Barça tiene asegurado durante los próximos años, asciende a 435 millones, como resultado del valor del frontal de la camiseta (primer equipo masculino y femenino), de 57,5 millones (60 millones con tripletes) durante cuatro años, los 5 millones por la ropa de entrenamiento de los dos por tres años, y los 5 millones por los naming rights del Camp Nou por 4 años.

A partir del quinto año y durante los siguientes 8 años, Spotify conserva los naming rights por 20 millones anuales, un punto éste que todavía parece sujeto a especulaciones y rumores sobre si la marca sueca podría, finalizados sus derechos sobre las camisetas y la ropa de entrenamiento, revender este activo a un tercero.

En cualquier caso, el FC Barcelona ya había rechazado estos 20 millones por el apellido del estadio sobre propuestas anteriores para el Camp Nou antes de la gran reforma prevista. Y está claro que, cuando las obras lo conviertan en la instalación mejor y más atractiva de Europa su valor publicitario aumentará.

Al margen de las enormes dudas que genera este contrato, porque tampoco está claro, ni mucho menos, que el estadio esté acabado en los cuatro años siguientes, la rentabilidad anual tan bien presentada por la vía periodística a los socios antes de la asamblea escondía la notable diferencia, por desgracia negativa, respecto a patrocinios anteriores.

El bloque de camiseta del primer equipo (60 millones) con Rakuten, del Femení con Stanley (3,5 millones) y ropa de entrenamiento y manga (19 millones) con Beko ascendía a 77,5 millones fijos más 6 millones en variables, hasta llegar a 83,5 millones.

Con Spotify, este mismo bloque no pasa de 65 millones, incluidas las primas por títulos. Y se añaden los 5 millones por el nombre del estadio, que pasará a denominarse Spotify Camp Nou, para conseguir estos 70 millones, igualmente por debajo en 13,5 millones. Si se pondera que los naming rights puedieron ser vendidos por 20 millones, la comparativa se derrumba en contra del acuerdo con Spotify, una empresa que continúa presentando pérdidas de más 700 millones acumuladas y que se sostiene por el dinamismo bursátil que ha ido exhibiendo hasta ahora.

Lo que no se podía explicar, según Joan Laporta por el expreso deseo de los suecos, es hoy un secreto que sabe todo el mundo sobre una esponsorización más mediática y ruidosa que convincente, después de un apresurado acuerdo en el cual se negó a participar el ex-CEO Ferran Reverter, convencido que era inferior e inaceptable para el FC Barcelona.

La prisa, a causa de la parsimonia y la nula capacidad comercial de Laporta para conseguir ingresos, ha sido la peor consejera, porque, además, del neto de la operación hay que descontar una generosa cantidad de siete cifras de la comisión para Darren Dein, el agente que ha mediado en la negociación después de poner a las dos partes en contacto.

Por estos motivos, Joan Laporta no dudó en convocar la primera asamblea telemática de la historia a la vista del éxito y el buen funcionamiento del voto electrónico en el referéndum del Espai Barça. Estaba seguro que el voto electrónico no le podía fallar.

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