Más demandas contra el nuevo tanatorio de Sants

Los vecinos de la nueva equipación han notificado una quincena de incidencias desde el inicio de las obras

Desde que empezaron las obras –en enero de este año– para construir el nuevo tanatorio en la antigua fábrica de los hermanos Climent, los vecinos de Sants han notificado al distrito de Santos-Montjuic una quincena de incidencias. Según el registro elaborado por la plataforma Stop Tanatorio, las incidencias están relacionadas con daños causados en el edificio y a la vía pública, y con la carencia de medidas de seguridad.

El octubre del 2021, los vecinos pusieron en conocimiento del distrito y de la Guardia Urbana que se estaba sacando maquinaria de la nave sin disponer del permiso de obras, y que las maniobras causaron daños a la fachada del edificio, considerado un bien cultural. A partir del 2022, con el inicio de los trabajos, las incidencias notificadas por los vecinos han aumentado notablemente.

En febrero, denunciaron un hundimiento a la acera de la calle Comtes de Beññ-lloc causado “por el tráfico de la maquinaria”, y que este no estaba reparado ni señalizado, hecho que supusiera un “peligro de accidente” peatonal. Cuando lo arreglaron, días después, los vecinos interpusieron una nueva queja, puesto que el hundimiento se cubrió con cemento sin poner vallas ni ninguna advertencia, multiplicando así el peligro de sufrir un accidente.

El mismo mes, en dos ocasiones diferentes, denunciaron la rotura de varias ventanas del edificio, los vidrios de las cuales cayeron a la acera de la calle Puiggarí, por donde pasan muchos niños porque conecta con el camino escolar. Los vecinos notificaron que, además, las ventanas no tienen ningún tipo de protección para evitar que los cristales caigan a la acera. El 21 de marzo pasado, se repitió la misma situación y, nuevamente, se avisó los trabajadores de la obra y el distrito.

Los vecinos también han puesto en conocimiento de la administración el incumplimiento de la normativa municipal sobre la protección de elementos vegetales durante la ejecución de obras. Cuando empezaron los trabajos, se dañó un árbol maniobrando con un contenedor y, este mes de marzo, han denunciado la colocación de señales en los árboles, una acción prohibida por la ley del ayuntamiento.

La carga y descarga de contenedores, además de causar desperfectos al asfalto, incidió en la movilidad: el camión se paraba al cruce de las calles Comtes de Bell-lloc y Puiggarí, sobre el paso de cebra, “entorpeciendo y dificultando el paso de vehículos y peatones, mientras esperaba que los operarios llenaran los contenedores”, un proceso que, según los vecinos, se alargaba más de media hora.

Las últimas incidencias notificadas están relacionadas con la ocupación de la plaza pública trasera de la nave –entre las calles Puiggarí y Viriat– por parte de camiones y materiales de obra. Los vehículos maniobran en la calle Puiggarí –de 8 metros de anchura– subiendo a las aceras, y ocupan la plaza y el parking de motos mientras descargan, acaparando más mientras de los establecidos por el permiso de acopio. Los vecinos también se han quejado de la contaminación ambiental producida por los camiones, que mantenían el motor en marcha durante el proceso.

Estas últimas denuncias forzaron un encuentro in situ del arquitecto, la funeraria, la Guardia Urbana, técnicos del consistorio y el distrito la semana pasada, en la cual acordaron que no se pueden hacer descargas por la parte posterior, que los camiones no pueden entrar por Puiggarí ni mantener el motor en marcha, y que por Comtes de Bell-lloc no puede entrar ni salir maquinaria pesada a causa del riesgo de hundimiento existente.

Stop Tanatorio, que ha interpuesto recursos judiciales contra el proyecto, afirma que la ordenanza municipal de servicios funerarios que permite la instalación de tanatorios en zonas residenciales es “incompleta e interpretable”, y que no determina aspectos esenciales, como por ejemplo la distancia respecto a otros edificios o si es conveniente que estén cerca.

La expansión de la funeraria
La funeraria quiere que el nuevo tanatorio esté operativo a principios de 2023. Los planes de la empresa, pero, van más allá y, como advirtió, el tanatorio de Sants no será el único: pretende hacer más de similares. En este sentido, Stop Tanatorio lamenta que la normativa municipal permita que se instalen en zonas residenciales, pero confía que la justicia resolverá favorablemente los recursos interpuestos contra la licencia de obras y el plan urbanístico hecho por la empresa y aprobado por el pleno municipal.

La plataforma, pero, tiene claro que quien no perderá en ningún caso es la funeraria: “Si el tanatorio sale adelante, bien, y si no, demandará el consistorio por daños y perjuicios, y el Ayuntamiento pagará, está claro, con dinero del erario público”.

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