No. Estos días, en Twitter la imagen del presidente de Rusia, Vladimir Putin, llevando las rienda de un caballo con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont sentado detrás se ha hecho viral. Ha circulado y todavía circula mucho y va apareciendo en numerosos perfiles de usuarios, con multitud de ‘me gusta’ i retuits. Pero el montaje no es nuevo. Empezó a circular en octubre del 2020 cuando aparecieron las primeras informaciones de los esfuerzos de Puigdemont por obtener el apoyo de Putin a la independencia de Catalunya. Pasó primero por medios como elmundo.es o periodistadigital.com antes de pasar a Twitter y a los chats telefónicos.
Puigdemont no fue el primer dirigente político al que se sentó, mediante photoshop, abrazado a Putin encima del caballo. El presidente de Estados Unidos Donald Trump ya había ocupado este lugar el 2016. El montaje con Putin y Trump circuló después de que el segundo ganara las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El presidente ruso le envió un telegrama de felicitación y le manifestó «su esperanza de trabajar juntos para sacar las relaciones entre Rusia y Estados Unidos de su estado de crisis». A Biden no le veremos en ese caballo.
La imagen de Putin y Puigdemont ha vuelto a difundirse por las redes y los chats después de que hayan coincidido la invasión rusa de Ucrania y las nuevas informaciones sobre los viajes de Josep Lluís Alay, jefe de la Oficina del ex presidente de la Generalitat, en Moscú, en el 2019, en busca de la complicidad del Kremlin con el proceso independentista.
