Entre 2.500 y 2.800 trabajadores constituyen lo que Seat considera su «excedente de plantilla»: los trabajadores que ha calculado que pueden perder su puesto de trabajo si opta por la vía de la electrificación.
El cálculo, comunicado por Seat a los sindicatos durante la cuarta reunión en la que se ha negociado el convenio colectivo, resulta de la suma de 1.800 puestos de trabajo directos y 1.000 puestos más indirectos que podrían quedarse sin carga de trabajo en este escenario.
Si bien no contempla un plan alternativo a la electrificación, Seat manifiesta que su intención es aplicar una progresiva reorganización de la producción para garantizar un modelo sostenible, planteando a los trabajadores soluciones “de consenso”, si la carga de trabajo se desplaza finalmente en Hungría, lo que podría acarrear el cierre de la planta de componentes de El Prat de Llobregat.
Seat, del grupo Volkswagen, estima que la producción de un vehículo eléctrico requiere un 30% menos de horas de trabajo que un vehículo de combustión, y que satisfacer la reclamación de no afectar al sueldo ni a la plantilla, planteada por los sindicatos, provocaría un incremento del coste equivalente. Asimismo, esgrime que la retribución de sus trabajadores ya está “entre un 15% y un 25% por encima de la media del sector”.
