¿Macrogranjas? No, nosotros no tenemos…

Al parecer la polémica desatada por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre las macrogranjas no tiene fuerza para atravesar el Ebro. Aquí, en Cataluña hay tanta gente silbando (políticos, instituciones y empresas), que el sonido del silbar no permite oír no sólo los bramidos de los más de 8 millones de cerdos que tenemos (como cabaña porcina, y, por tanto, haciendo abstracción de la bovina -donde las emisiones de metano se pueden captar perfectamente vía satélite-) sino lo más grave y es que en Cataluña somos líderes europeos y mundiales en granjas y los segundos en granjas de cerdos (detrás de Aragón, que ya es decir), en medio de una moratoria, a medias, que se inició en agosto del pasado año.

Una moratoria de facto, no como la que afecta al despliegue de las energías renovables, esta sí, a nivel de todo el territorio catalán, sin excepciones y con extrema vigilancia. Veamos la diferencia con las granjas de cerdos. La moratoria sólo afecta a los 70 municipios (la mayoría de Osona) que estaban con el subsuelo ya en el límite de saturación de nitratos, por las deyecciones de purines.

¿Obviamente, que han hecho las empresas estos últimos meses? Pues pedir autorizaciones a otros municipios no afectados por la moratoria y seguir expandiendo la cabaña porcina, cuando un ¡¡40,3%!! de la superficie de Catalunya, en julio de 2021 estaba ya considerada vulnerable a la contaminación por nitratos, algo que afecta, nada menos que a ¡¡¡465 municipios de Cataluña!!!, prácticamente la mitad de los municipios catalanes.

Pero si vamos hacia La Garrotxa y especialmente al Alt Empordà, donde se ha desplazado el negocio (en Osona es ya inviable), nos encontramos con una cabaña de 375.000 cerdos, para una población de 140.000 personas (tres cerdos por habitante) y donde ya 34 localidades de 68 (la mitad) están declaradas “zonas vulnerables por contaminación de nitratos”. Es ya vox populi que en muchas fuentes de toda la vida no se puede ir a beber agua, dada la contaminación de los acuíferos y que el agua de boca en muchas localidades o no es recomendable o es insalubre.

Pues bien, todos estos datos que hacen escalofrío y deberían ser motivo de escándalo político e institucional, parecen “normalizados” o “blanqueados” por el silencio de ciertos grupos “ecologistas”, que en cambio hacen mucho ruido, un ruido ensordecedor, por el «futuro» impacto de las energías renovables (que hoy por hoy siguen bloqueadas). Es curioso que estén tan preocupados por el futuro, y en cambio no vean, ni huelan, los purines ¡¡¡del presente!!! Lo mismo podríamos decir, de la instalación en presente en distintos lugares de Catalunya, de macropolígonos logísticos de Amazon, como si esto no repercutiera en más emisiones de CO2. Este contraste y doble rasero, aparte de ser impresentable, dice poco sobre el carácter supuestamente «ecologista» de estos grupos. Y también dice poco de los partidos adscritos a la famosa «sostenibilidad». ¿Dónde están? ¿Qué hacen?Pero volvamos a la cabaña porcina. Con datos globales, se nos dice que en Cataluña apenas hay macrogranjas. Eso, claro, depende de quién marca el criterio. Sí está claro, a nivel de estado, donde están registradas 3.774 macrogranjas. Haciendo abstracción del criterio, se nos dice que en Cataluña sólo hay un 2% de macrogranjas. Pero ¿qué mega macrogranjas serán cuando el volumen de producción que representan es el 52% del total de la cabaña catalana? ¿Granjas de 5, 7 o 9.000 cabezas son minigranjas? Mentira, pues según el Fondo de registro estatal, se consideran macrogranjas, las unidades de negocio de más de 2.000 cerdos (ateniéndonos ahora a la cabaña porcina y sin menospreciar el conjunto de la ganadería extensiva) La cuestión es ¿queremos una ganadería extensiva, sostenible e integrada en el entorno y, por tanto, en línea con lo que se reivindica para la energía renovable (comunidades energéticas locales) o queremos en realidad seguir comiendo carne a mandíbula abierta y exportando a su vez (aceptando y silbando) lo que no queremos y denunciamos para la energía eólica? O sea, grandes terratenientes o empresas, donde la riqueza no queda en el territorio, si acaso lo que queda son los nitratos o el metano. Lo que sorprende es que cuando la Generalitat acababa de promulgar la moratoria sobre nuevas granjas y/o ampliación de las actuales, el pasado mes de agosto el DOG publicaba la autorización de una nueva granja de cerdos cada día. Han pasado los meses y seguimos silbando. Aparte de que si antes de agosto éramos segundos después de Aragón en macrogranjas (1.120 por 910), muy probablemente ahora hayamos superado ya a Aragón y seamos ya líderes en cerdos. ¡Cada vez más líderes! Como también, cada vez más líderes en acuíferos contaminados: la mitad de Catalunya. ¡Que liderazgo!

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