El futuro hospital de la Seu d’Urgell esconde una sucia operación especulativa, con la construcción de dos nuevos hipermercados

El Ayuntamiento aprueba a toda velocidad una modificación urbanística del planeamiento vigente

Francesc Viaplana, alcalde de la Seu d'Urgell

La población de la Seu d’Urgell vive en la inopia, desinformada y manipulada por el Ayuntamiento. Con la excusa que hay que modernizar el hospital –que hace falta- se ha desbloqueado una operación especulativa largamente “cocinada” por los poderes fácticos que dominan la ciudad, con Jesús Fierro, ex-teniente de alcalde y ex-presidente del Consejo Comarcal, como artífice en la sombra de este impresentable “pelotazo”.

Este pasado 10 de diciembre se acabó el periodo de información pública de la modificación del plan parcial Sur-1, que afecta la zona que hay a ambos lados de la carretera N-260, a la salida de la ciudad, en dirección a la Cerdaña. Aquí se ha previsto la construcción del nuevo hospital…, pero también de dos enormes centros comerciales, que ocuparán dos parcelas que suman 18.000 metros cuadrados.

Si el impacto del Mercadona que ya existe en la ciudad ha sido letal para los comercios del centro –castigados, además, por la rígida zona de aparcamiento de pago que lo rodea y que disuade a los potenciales clientes-, la construcción de estos dos grandes centros comerciales en el extrarradio de la Seu significará su defunción definitiva. El nuevo alcalde, Francesc Viaplana (ERC), que se estrenó en el cargo con la firma del decreto de aprobación inicial del plan parcial Sur-1, pasará a la historia como el sepulturero de la vida comercial del corazón de la ciudad.

¿Es tonto o lo hace ver? Este es el dilema que suscita Francesc Viaplana (foto). Dando luz verde a esta modificación urbanística, ha espoleado a los especuladores que tienen previsto hacer un “pelotazo” económico con estos terrenos, ubicados junto al barrio de Sant Antoni.

Según especifica la documentación oficial, la zona afectada por el plan parcial Sur-1, con una superficie de 6,2 hectáreas, está en manos de siete propietarios: Josep Rebés Betriu, Joan Gelabert Sinfreu, Herederos de Rosa Solé Vidal (los hermanos Ganyet), Orkla SA, Coll de Castell SL, Erenia Boix y Josep Armengol Massana.

Desde que, años atrás, se empezó a rumorear que en esta pieza de terreno iban a “pasar cosas”, se produjeron algunas compraventas de fincas. Esto explica, por ejemplo, que la sociedad Coll de Castell SL aparezca como una de las propietarias del plan parcial Sur-1, concretamente de 6.796 metros cuadrados.

Detrás de Coll de Castell SL está el conocido empresario Antoni Colell, que ha montado un gran emporio con el tráfico de madera en el Alt Urgell y que pasa por ser un ávido “tiburón” de los negocios, que no deja escapar ni una oportunidad de incrementar su patrimonio. Una de las muchas sociedades que controla, Seumon 14 SL, la tiene a medias con Ramon Fierro, ex-alcalde de Montferrer i Castellbò y hermano del “ordeñador” Jesús Fierro.

En condiciones normales, el desarrollo del plan parcial Sur-1 se haría por el sistema de crear una junta de cooperación entre los propietarios. Pero no será así. Desde hace un año, un intermediario de Barcelona se ha puesto en contacto con varios propietarios para firmar preacuerdos de compraventa –con mucho dinero sobre la mesa- que se formalizarán una vez culmine la tramitación de la modificación del plan parcial.

Este intermediario es el que, a su vez, ya tiene ligada la implantación de los dos grandes centros comerciales en estos terrenos. En concreto, se rumorea que se trata de Bon Àrea (grupo Cooperativa de Guissona) y Bon Preu, que pagarían una fortuna para poder instalarse en la Seu d’Urgell y mirar de atraer a los consumidores de Andorra, que han convertido al Mercadona en una “máquina de hacer dinero”.

Este intermediario hace muchos meses que se reúne con los propietarios de los terrenos para comprárselos y, por tanto, tenía información privilegiada y fehaciente desde dentro del Ayuntamiento que el plan parcial Sur-1 –donde, inicialmente, se había previsto un instituto, un centro social para los vecinos de los barrios del Poble-sec y Sant Antoni, hoteles…- sería modificado para, en su lugar, permitir la construcción de dos grandes centros comerciales.

En este sentido, la construcción del nuevo hospital es la excusa que se ha usado para acelerar este “pelotazo”, que dejará un alud de comisiones a los avispados que intervienen. El pistoletazo de salida fue una carta, firmada por Felip Benavent, gerente de la región sanitaria del CatSalut del Alto Pirineo y Arán, datada el 30 de septiembre pasado y dirigida al nuevo alcalde de la ciudad, Francesc Viaplana.

En esta carta, el representante del CatSalut pedía con urgencia al alcalde de la Seu d’Urgell la cesión de un terreno de entre 12.000 y 15.500 metros cuadrados para construir el nuevo hospital. La prisa viene motivada porque este proyecto podría ser financiado con cargo a los fondos REACT-UE (Next Generation), que ha liberado la Comisión Europea para la recuperación de la crisis económica provocada por la pandemia de la covid.

Pero, según Felip Benavent, la condición para acceder a este dinero de Bruselas es que la cesión del terreno al CatSalut se tiene que hacer antes de abril del año próximo. De aquí viene que se esté tramitando a “toda pastilla” desde el Ayuntamiento la modificación y la aprobación del plan parcial Sur-1.

Los plazos son prácticamente imposibles de cumplir. Entre otras cosas, porque una parte de los terrenos que ocupa el plan parcial son potencialmente inundables, en caso de un desbordamiento del río Segre. Y aquí hace falta un informe preceptivo y vinculante de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), con sede en Zaragoza.

Después de las catástrofes del camping de Biescas (87 muertos) o del geriátrico de Agramunt (4 muertos), la CHE es especialmente escrupulosa con la ocupación de los cauces de los ríos y mira con lupa los planes urbanísticos, como es el caso de éste de la Seu d’Urgell, que están junto a un río. Para más “inri”, es en la parte inferior de la carretera N-260, en la vertiente hacia el Segre, donde está prevista la construcción del nuevo hospital.

Es muy posible que la aprobación del plan parcial Sur-1, por mucho que se fuerce la maquinaria legal y administrativa, se demore más allá del 1 de abril de 2022, que es la fecha tope fijada en su carta por el gerente de la región sanitaria del CatSalut. Pero, en todo caso, la tramitación de este proyecto ya se habrá desencallado y el gran “pelotazo”, que es la construcción de los dos centros comerciales, podrá salir adelante.

Es decir, la Seu d’Urgell se puede encontrar, en los próximos meses, con dos nuevos hipermercados y sin hospital.

El silencio de la oposición

Aquello realmente insólito es el silencio de los partidos de la oposición municipal ante esta sucia jugada especulativa que atenta contra el pequeño comercio de la Seu d’Urgell. ¿Por qué calla Compromís? ¿Porque los hermanos Ganyet, históricamente vinculados al PSC, son propietarios, por herencia de su madre, de una parte de los terrenos afectados? ¿Por qué calla la CUP, tan beligerante contra la “especulación” que provocarían los Juegos Olímpicos de invierno de 2030 y que es incapaz de reaccionar ante la especulación tangible que está pasando ahora mismo delante sus narices con el caso del plan parcial Sur-1?

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