El gobierno de la Generalitat, de Esquerra Republicana (ERC) y Junts x Catalunya (JxCat), señala reiteradamente que su socio preferente para aprobar los presupuestos catalanes para 2022 es la CUP. De hecho, son los diputados anticapitalistas los primeros que apoyaron en la investidura y los que pusieron condiciones sobre la mesa que se tenían que materializar, en parte, en los presupuestos.
Pero desde las bases de la CUP, como pasa a menudo, creen que el acuerdo no se está cumpliendo en los términos y la velocidad que sería conveniente. Y esto hace que parte de la militancia quiera bloquear o votar en contra de los presupuestos del gobierno catalán. Otra parte, pero, prefiere presionar y acabar aprobándolos para evitar que JxCat y ERC acaben dependiendo de las condiciones que pongan los comunes o el PSC para salir adelante las cuentas de la Generalitat.
La decisión, como es habitual, la tomará la militancia. Y a la cúpula ya temen un nuevo enfrentamiento interno de aquellos que hacen temblar y temer que el partido se rompa, como ha pasado en otras ocasiones. Para evitarlo, intentarán que las asambleas sean participativas, pero huyendo de los enfrentamientos.
