Laporta cae de lleno en la trampa de Tebas

El presidente de la LFP destapa la negligencia del presidente azulgrana, lento y fuera de forma

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La argucia de Javier Tebas, cruel y perversa, consiste en utilizar básicamente los activos del FC Barcelona y del Real Madrid para conseguir 2.700 millones que, efectivamente, pueden otorgar liquidez y más margen de maniobra a los dos grandes. Pero, sobre todo, en proporción a la reserva y explotación de sus activos comerciales, a ambos clubes les habría convenido más jugar esta misma partida por su cuenta.

Por ejemplo, Josep Maria Bartomeu, había dejado sobre la mesa el proyecto Barça Corporate antes de irse. La Comisión Gestora de Carles Tusquets no sólo la contempló como ex-comisión económica, sino que la puso en manos de los precandidatos Joan Laporta, Víctor Font y Toni Freixa por si querían ir avanzando en sus programas y, sobre todo, por si querían entrar en el club con un pan bajo el brazo. Toni Freixa anunció una oferta formal de 250 millones que, casi de haber ganado, habrían servido para no depender como le pasa a Laporta de los manejos de Florentino Pérez y de Javier Tebas.

Dicho de otro modo, el FC Barcelona, si el nuevo presidente hubiera tenido la firme voluntad y la habilidad de solucionar los problemas que ya sabía que encontraría en el club, podría haber mitigado las pérdidas y actuado de otro modo, a tiempo de retener a Leo Messi, al que sin duda ha venido engañando todo este tiempo. Desde que Laporta afirmó que «lo de Messi lo arreglo en un asado» todo ha sido una operación mediática confusa y, como se suele decir, amparada en el paradigma ya caduco que al final todo se arreglará. La negligencia de la directiva de Joan Laporta, se mire por donde se mire, ha tenido el más funesto de los resultados. Otro episodio histórico de autocomplacencia que el periodismo más domesticado encargará de redirigir contra Josep Maria Bartomeu, como es lógico, porque ahora se trata de buscar culpables.

Hoy sabemos que, como se había explicado, no se ajustaba a la realidad que Leo Messi se hubiera rebajado la ficha para quedarse. Este era el discurso del club, la mentira mil veces repetida en la prensa por los portavoces y ‘palmeros’ de la directiva para ofrecer una imagen de tranquilidad y de eficacia en los despachos tantas veces ponderada.

La realidad le ha dado una bofetada que, por supuesto, Laporta no esperaba, confiado en que Javier Tebas le sacaría de la dificultad a base de mirar, como siempre, hacia otro lado en el tema de juego limpio financiero. También esperaba que no se opusiera a la continuidad de Leo y, que en todo caso, fuera Tebas el que saliera a dar la cara, negarle la admisión de la ficha y, llegado el caso, forzar una negociación que, excepcionalmente, admitiera una fórmula medio legal.

No sería el primer favor de Tebas a Laporta. Pero esta vez, Tebas se ha encontrado con un rival adormilado y en baja forma. Joan Laporta no ha visto venir la jugada de Tebas que ha puesto el mismo patrimonio comercial del FC Barcelona en manos de un inversor para ofrecerle 270 millones en forma de subvención directa para que no pudiera ni llorar por perder a Messi, ni acusar a Tebas de inflexible y de enemigo del club azulgrana.

Los acontecimientos se han precipitado a partir de que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) hiciera explotar la bomba de una fórmula que, curiosamente, se basa en la solución financiera que dejó preparada ex-presidente Josep Maria Bartomeu para hacer frente a la bajada de ingresos y a sus consecuencias en relación con el equilibrio financiero. Con independencia de si los gastos eran excesivos -Messi suponía un tercio de la masa salarial- lo que sí era evidente es que la caída de los ingresos son responsabilidad de la covid, del mismo modo que es obligación de la directiva al frente del club realizar los ajustes y las actuaciones necesarias para recuperarse.

El Barça, como resultado de esta bomba financiera, está ahora más atrapado que nunca, atado de pies y manos porque Florentino manda a Laporta y le impone mantener su apoyo y apuesta por la Superliga, mientras que Javier Tebas, listo como un lince acorralado, se ha servido de ambos proyectos: la idea traicionera de la Superliga del presidente blanco y la solución espabilada del ex-presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, para jugar una partida con las cartas marcadas y todos los ases en la manga.

Ciertamente, Florentino hace tiempo que está en guerra con Tebas, como lo estaba con Bartomeu, porque la congelación de los derechos televisivos de ambos no dejaba de ser una rémora a la hora de aumentar ingresos, y porque las guerrillas de poder dentro de la LFP han acabado provocando que Tebas, enfrentado a los grandes pero con el apoyo de los operadores -Movistar y Mediapro-, lidere la guerrilla y sea capaz, como está previsto, de ganar la votación de la asamblea de la LFP donde debe aprobarse la inyección del fondo CVC de 2.700 millones.

Florentino Pérez, más explícito y contundente, ya ha dejado un aviso en el contestador de Tebas para hacerle saber que adopta medidas legales contra la propuesta para que Tebas no se salga con la suya. En los medios donde ha confesado su oposición formal al acuerdo, en contra de la totalidad de los clubes, Florentino ha hablado también por boca de Laporta dando a entender que están juntos en esta gran batalla.

La verdad es que el FC Barcelona debe aclarar ahora qué cartas juega, si se une a la oposición del Madrid o se queda en tierra de nadie. El acuerdo con CVC exige la puesta en juego de los activos de ambos clubes, sus jugadores, los escudos, los estadios, entradas, giras, derechos de todo tipo de imágenes y de producción de programas y documentales para aumentar el valor comercial de la Liga en todo el mundo. El atractivo, sin desmerecer a nadie, no es el Getafe ni los fichajes del Huesca o del Español.

Javier Tebas ha urdido la trampa perfecto tomando a Laporta como rehén de sus promesas electorales, sabiendo que por otra parte el presidente del FC Barcelona sigue estando a merced del acuerdo firmado para la Superliga. Ahora menos que nunca querrá abrazar a Tebas y deberá continuar pagando una factura mucho más alta. Son demasiados los favores que le debe a Florentino Pérez, sobre todo los que no han trascendido y que tienen que ver con asuntos que escapan de la esfera del deporte. No hay que olvidar que los poderes fácticos del aparato del Estado y también de la Generalitat han contribuido especialmente al desgaste de sus principales enemigos en el ámbito barcelonista, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu. La realidad es que Messi se le ha escapado a Laporta de entre los dedos.

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