El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha rechazado durante una entrevista en Radio Nacional de España que los disturbios durante las protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél puedan ser considerados terrorismo callejero. En particular, ha pedido cautela «en las calificaciones de los hechos», y no ponerlos a la altura de la kale borroka, la lucha callejera del entorno de ETA.
Aunque considera «gravísimos» los hechos que han tenido lugar, en especial en Cataluña, durante las últimas dos semanas, y que no se les debe restar «gravedad y relevancia», para el titular de Interior tratarlos como un exponente de terrorismo callejero es usars una de las «calificaciones» que «podrían ser excesivamente anticipadas».
Marlaska, que describe los disturbios de los últimos días como vandalismo, desórdenes públicos y atentados contra la autoridad, ha restado importancia a que el presidente interino de la Generalitat, el vicepresidente Pere Aragonès, haya tardado días en condenarlos. Para el ministro, «lo importante es la condena».