El vicepresidente primero del Parlamento de Cataluña, Josep Costa, uno de los hombres fuertes del puigdemontismo, ha desacreditado una teoría de la conspiración que resuena en el independentismo, según la cual hay una «operación de Estado» en curso, con pucherazo incluido, para que el PSC gane las próximas elecciones catalanas.
Costa ha defendido que «el voto por correo es perfectamente seguro y fiable» y que «no se puede manipular por la misma razón que no se puede manipular el escrutinio: ni se gestiona ni se cuenta de manera centralizada».
Este es el primer mensaje de una retahíla que el vicepresidente de la cámara catalana ha dedicado a explicar las garantías sobre estos votos, entre las que ha citado el conocimiento por parte de las mesas de qué votantes han pedido participar por correo, y la potestad de interventores y apoderados de verificar que han llegado los votos.
«No ha pasado nunca. Ningún funcionario de Correos llega a tener muchos votos en sus manos», ha agregado Costa, antes de concluir que la manipulación de un puñado «no serviría para alterar el resultado y sería muy fácil de detectar». Por último, ha asegurado que, dejando al margen incidentes sobre solicitudes de voto por correo, «no he encontrado ningún precedente de manipulación de votos emitidos correctamente».
Los tuits de Costa aparecen después de que hayan circulado mensajes de desconfianza contra Correos por parte de independentistas, y también después de las reclamaciones planteadas en los tribunales por el expresidente estadounidense Donald Trump, sobre la validez de la victoria de su rival, el flamante presidente Joe Biden, en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Antes de anteriores contiendas electorales, el politólogo madrileño Ramón Cotarelo, que pasó de las listas de ERC a mostrarse como un puigdemontista acérrimo, también había cultivado, como Trump, el fantasma de una votación amañada. En este caso, contra el independentismo.
