Al día siguiente del anuncio de las nuevas restricciones para intentar hacer frente al aumento de casos de coronavirus vivido durante los últimos días, el Govern prepara el operativo que debe asegurarse de que la gente cumpla las medidas aprobadas.
El vicepresidente con funciones de presidente, Pere Aragonés, aseguraba ayer que se intensificarán las inspecciones y controles para asegurar que todos los establecimientos cumplen la normativa.
En concreto: «Hemos encargado al Departamento de Interior la elaboración de un plan de inspecciones que permita el control en aquellos establecimientos de apertura al público para garantizar que se cumplen las medidas. No con una voluntad sancionadora, sino para dar sentido a aquellos establecimientos, que son la mayoría, que están cumpliendo».
Este plan del Departamento de Interior al que hacía referencia el vicepresidente permitirá a las policías locales hacer un seguimiento más detallado de los establecimientos de restauración.
De hecho, el consejero de Interior, Miguel Samper, ha avisado de que se han acabado las advertencias: «En la medida en que hemos visto ciertos incumplimientos, ha llegado el momento de ejecutar esta fase más sancionadora y de más control».
Entre otros aspectos, el plan de interior prevé patrullas que se dedicarán exclusivamente a vigilar que bares y restaurantes cumplan las medidas contra el coronavirus, porque es donde han observado más infracciones hasta ahora.
Vigilarán específicamente el aforo, la distribución de mesas, la ventilación, e incluso si los trabajadores van con mascarilla. Unas instrucciones que ya se habían repartido antes de las nuevas medidas, pero que como pedía el mismo Mayor Trapero en la introducción hace dos días, en un principio tenían una misión pedagógica, y sólo contemplaba multar en caso de incumplimiento grave y reiterado.
