LA MODA DE PENSAR EN EL SOCIO

Toni Freixa ha hecho cambiar al resto sus estrategias y programas con su propuesta de reactivación de la vida social

Analizadas las estrategias de las diferentes candidaturas es posible que al final se pueda llegar a la conclusión de que se estáN prometiendo a los socios básicamente las mismas cosas. Pero no era así hace dos meses cuando los más madrugadores comenzaron a esbozar y proponer ideas, no digamos Víctor Font o Jordi Farré que aprovecharon el tirón del Voto de Censura para arrancar mucho antes.

La convergencia se ha producido después de que el precandidato Toni Freixa iniciara sus contactos y exposiciones telemáticas a través de un circuito que se ha convertido en el canal más utilizado por todos los precandidatos, abierto por la Confederación Mundial de Penyes a los 18.000 socios con derecho a voto que además ejercen su condición de peñistas del FC Barcelona de los 171.000 peñistas censados.

A raíz de su primera exposición, que fue espiada por el resto de los aspirantes, la serie de iniciativas sociales apuntadas por Freixa son las mismas que el resto ha ido adaptando. Víctor Font ha cambiado incluso su perspectiva sobre un colectivo que consideraba folclórico para recomponer un programa que socialmente era frío y distante por no decir que no había previsto atender a este sector del barcelonismo absolutamente desconocido para él y para su equipo. Jordi Farré ha dado un paso más allá exagerando las promesas hasta llevarlas, como regalar pizza y tattoos, a un extremo que no tiene en cuenta las dimensiones del propio FC Barcelona y de los condicionantes de aforo y posibilidades reales de actuación.

La aportación más copiada y antes no expuesta por ningún otro precandidato es la de recuperar la presencia masiva del socio en el Camp Nou, el ambiente y la convivencia de toda la vida, en clara regresión los últimos años. La causa, la decisión de recompensar económicamente a los socios para incentivar la cesión de su localidad al Seient Lliure, lo que ha generado una cultura del uso del abono mercantil, calculadora y muy selectiva. Fue en tiempos de Joan Laporta y Joan Oliver cuando se decidió avanzar y asegurar incluso la venta de la localidad si se liberaba con una determinada antelación, una práctica que ha acabado yendo contra la naturaleza de ser socio del Barça, abonado y disfrutar de cada partido incluida la extendida e histórica tradición de dejar el abono a un vecino, amigo o familiar barcelonista. Ahora se trata de eliminar los incentivos que han elevado la media de liberaciones por partido a casi 30.000 y volver a su formato inicial. Una forma de estimular la presencia de más barcelonistas y no estar en el Camp Nou rodeados de turistas. Los números de Freixa cuadran porque, ha explicado, la media de ocupación del estadio de los últimos años es de 77.000 sobre un aforo de 98.000 localidades.

También reservar y asegurar plazas a precio de abono para los socios en lista de espera y peñistas, una iniciativa de Freixa que también se apropiado el resto así como el apoyo valiente y determinado a la Grada de Animación. Es decir, sensibilidad barcelonista contra la tiranía del marketing dominante en el club durante los últimos años. Parece que, visto el impacto social de estas propuestas rompedoras de Freixa, los demás no han dudado en incorporarlas sin el menor reparo ni vergüenza. Incluso Laporta, que tuvo congelada la lista de espera de abonos durante 7 años y aumentó un 40% su precio, además de darle la espalda a los peñistas sistemáticamente, afirma haber comprendido que el Barça son sus socios, al menos de palabra.

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