Toni Freixa se ha subido al carro de los favoritos después de sus contundentes declaraciones en RAC1 la noche del lunes donde desmontó la teoría mediática de que estas elecciones de juegan entre Víctor Font y Joan Laporta. Ante la ausencia de estadísticas y de encuestas, Freixa argumentó la insuficiencia de las informaciones que, gratuitamente, indican lo contrario de su propia percepción allí donde los periodistas no suelen indagar, en el terreno donde juegan los socios, un espacio en el que suele dominar no la opinión pública más difundida por los medios y las tertulias sino el verdadero espíritu de los socios votantes.
A falta de encuestas o sondeos verdaderamente representativos, Freixa dejó claro que su penetración en ese sector puede ser incluso mayor que el del resto de los precandidatos incluido Joan Laporta, al que le quitó la etiqueta de ‘imbatible’: “Sólo ha ganado 5 de 6 elecciones a las que ha concurrido» y que perdió, también, las del Col.legi d’Advocats. También reivindicó su periodo de directivo entre 2020 y 2015 bajo la presidencia de Sandro Rosell) «es el mejor de la historia del Barça» en cuanto a títulos y beneficios.
Por su parte, Joan Laporta ha decorado un edificio en Madrid en actitud en clara provocación hacia el madridismo que seguramente levantará ampollas en algunos sectores. Desde el barcelonismo, este tipo de acciones, populistas, pueden reforzar a su votante nato, pero desde luego es llevar las elecciones a un extremo de riesgo que, según cómo, puede generar incluso violencia y reacciones susceptibles de tensar la cuerda entre colectivos barcelonistas y madridistas. En definitiva, refuerza la vocación mediática de Joan Laporta y la facilidad con que algunos precandidatos están perdiendo los nervios y derivando sus jugadas para captar el voto de los socios por vías hasta ahora poco usuales. Las excentricidades comenzaron con las pizzas, los tatos y la cerveza que están ofreciendo algunos.
