Aunque pueda no parecer así es Elsa Artadi. Más preocupada por su campaña electoral de primarias en Junts per Catalunya, está descuidando sus obligaciones como jefa de asuntos económicos en el Ayuntamiento de Barcelona, institución donde dirige JxCat y donde todo parece indicar que podría ser la próxima candidata a la alcaldía en 2023.
Además de estar mucho más centrada en los asuntos del partido (ella es portavoz) y del Parlament, Artadi ha llevado a cabo una purga a gran escala de todas las posiciones inferiores que han permanecido en el PDeCAT y no han hecho el cambio a JxCat.
Además de despedir a los concejales de distrito (todos ellos con muy buenas relaciones con la sociedad civil local) leales al Partido Democrático, Artadi también ha decidido prescindir de asesores incluso muy cercanos a ella, como su principal colaborador en asuntos económicos dentro del Ayuntamiento. Esta persona mantuvo una estrecha relación con el resto de los grupos municipales, que lo consideraban muy positivamente por su profesionalidad.
Esta persona también fue el vínculo de Artadi con los sectores económicos y comerciales de la ciudad, especialmente los comerciantes, que ahora ven que han dejado de tener un interlocutor directo con una formación que siempre decía que les había representado, pero que ahora se sienten huérfanos.
