Messi juega al ataque para irse del Barça

Como avanzó EL TRIANGLE ayer, el jugador argentino ha decidido dejar el club y pide salir gratis mediante un burofax
Messi

La posible salida de Leo Messi del Barça, que fue avanzada por la edición digital del TRIANGLE de ayer lunes 24 de agosto, se ha consumado a lo largo del día de hoy con el envío de un burofax en el que interpreta que tiene derecho a acogerse a una cláusula de su contrato que le permite irse libre en determinadas circunstancias y condiciones si lo hubiera comunicado días atrás. Sus abogados consideran que el espíritu de la cláusula responde a una elección asociada al balance de cada temporada, un hecho que, por el impacto de la Covid-19 en el calendario, ha retrasado el final de las competiciones hasta la semana pasada.

Cómo argumentaba la información de ayer EL TRIANGLE, la postura de Leo y de su entorno estaba tomada y decidida desde el 8-2 de Lisboa a favor de dejar el Camp Nou, un final inevitablemente traumático que pondrá de nuevo a prueba la resistencia y sostenibilidad del último proyecto de la junta de Josep Maria Bartomeu, atrapada en la estabilidad y el proteccionismo que los estatutos le proporcionan.

La historia asegura que las grandes figuras del fútbol acaban resolviendo estas situaciones a base de rebeldía y de posturas radicales que, finalmente, llevan al entrenador de turno, en este caso a Ronald Koeman, a admitir que para dirigir un grupo con orden, disciplina y buena actitud no es bueno que haya un futbolista apartado y en litigio con el club porque quiere irse gratis.

Ahora empieza otro partido, rodeado de un clima muy agitado y enturbiado por una oposición muy activa, excitada y organizada que controla la mayoría de los medios y que intentará, de nuevo, abatir la junta de Bartomeu en forma de dimisión inmediata.

El ruido y la presentación de esta guerra como una respuesta de Messi a la política de la Junta dominará las horas inmediatas a este planteamiento escapista del jugador utilizando una vía que no dejaría ni un euro en la tesorería de club.

La resolución jurídica de este movimiento puede ser que no sea ni clara ni rápida, puede enquistarse en un lío judicial y provocar que la pretemporada arranque con Leo negándose a entrenar y la plantilla y el técnico sometidos a una presión poco habitual y nada positiva.

Un escenario de nerviosismo que puede romper la mínima estabilidad que le está dando la personalidad de Koeman y abrir una crisis que los precandidatos más atacados de los nervios como Víctor Font piensan utilizar toda su artillería.

Otra cosa es que el movimiento sea definitivo y en cuestión de días se pueda buscar una solución negociada entre las dos partes, un final que todavía es pronto para enfrentar con el burofax todavía caliente pero al que, inevitablemente, se tendrá que llegar para conseguir una solución que no suponga, deportivamente, un perjuicio para todas las partes.

Los precedentes son, por otro lado, contradictorios. Cuando Maradona se quiso ir del Barça la directiva de Núñez decidió que la salida negociada al Nápoles era idónea dadas las circunstancias. En cambio, cuando Bernd Schuster se declaró en rebeldía y llevó el caso a los tribunales el club lo tuvo un año sin jugar hasta que finalmente volvió al equipo y a vestir la camiseta de Barça.

En este partido, Messi ha hecho algo más que dar el primer toque, ha salido al ataque buscando un gol que no se marca sólo con abogados. Necesita agitar el entorno y esto no ha sido muy difícil de conseguir.

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