Parece bastante claro que, para según qué candidatos o intereses, las elecciones a la presidencia del FC Barcelona han dado el pistoletazo de salida. Es el caso de Víctor Font, que no deja de aparecer un día sí y otro también con disparates y afirmaciones bastante imprudentes como que si él gana las elecciones echará a Koeman aunque consiga el Triplete. La ansiedad por abatir a Bartomeu y abrir el periodo electoral ahora mismo, aunque sea a través de la estéril Comisión Gestora, parece ser su única estrategia y también un tipo de obsesión ante la amenaza de que Joan Laporta lo pueda eclipsar cuánto se active. Laporta, que cuenta con el plácet de periodista Jordi Basté para ser el cabeza de lista de la oposición histórica barcelonista, ha insinuado que dará el paso si las cosas se le ponen de cara. Sería fatal para Víctor Font, que contaba con que las elecciones sorprendiesen a Laporta con el pie cambiado.
En este sentido ha llamado mucho la atención la coincidencia, el paralelismo y la radicalidad de este discurso de Font con el del periodista Joan Maria Pou, el narrador de los partidos del FC Barcelona en RAC1, protagonista del Especial de TV3 del pasado domingo lanzándose al más puro estilo kamikaze contra Josep Maria Bartomeu cómo si se acabase el mundo y, más allá de su representación e identificación con el medio para el que trabaja, clamando por la inmediata, urgente y necesaria dimisión de la Junta. Cualquier periodista muy informado, como él ha demostrado ser, sabe que los estatutos y el andamiaje legal de club impiden esta solución como finalmente se ha demostrado.
La acidez y virulencia de sus ataques, hasta cierto punto insensatos e irreflexivos, no han pasado desapercibidos al entorno azulgrana por agresivos, duros y alineados con las claves estratégicas e ideológicas proyectadas por el el autoproclamado precandidato Víctor Font y también por elevación por Emili Rousaud, ex directivo que sólo busca una venganza personal con Bartomeu después de que el presidente se deshiciera de él en respuesta a su deslealtad. Por lo que se ve, la campaña electoral ha empezado, o al menos algunos así lo desean y provocan, también con la participación activa y destacada de periodistas. Parece pronto y exagerado.
