La actualidad deportiva está generando un debate de cierto revuelo entre los barcelonistas ante la posibilidad que dos de los mejores delanteros del mundo, Antoine Griezmann y Neymar, puedan vestir de azulgrana la próxima temporada. Los dos, a pesar de sus extraordinarias cartas de presentación y credenciales atacantes, generan un rechazo que tiene mucho que ver con la personalidad y sensibilidad de los socios del Barça por encima de sí son más caros, más baratos o si mejoran la calidad futbolística del equipo de Ernesto Valverde.
Lo que parece por un lado increíble pero que por el otro va tomando forma es el regreso de Neymar, el delantero brasileño que hace dos años marchó sin avisar con la pretemporada en marcha y habiendo jurado y perjurado a la directiva del FC Barcelona que su intención era seguir vistiendo de azulgrana.
La posibilidad que un club pagara los 222 millones de euros de la cláusula también parecía remota, caprichosa y hasta cierto punto imprudente tratándose del PSG que además este verano también pretendía a Mbappé y que acabó fichando a los dos cracs desafiando las normas del fair play económico de la UEFA.
Ahora, pero, ni el PSG soporta un jugador como Neymar, inadaptado y descentrado, ni el futbolista quiere permanecer un minuto más en el club francés que tampoco hace pasos firmes hacia el objetivo de ser uno de los grandes equipos europeos.
El mismo FC Barcelona no niega rotundamente la operación, que incluiría las donaciones en pago otros futbolistas -se mezclan los nombres de Coutinho, Umtiti e incluso de Dembèlè – a cambio de Neymar. Su regreso complacería a los otros dos delanteros del equipo, Suárez y Messi, con quién llegó a formar la mejor delantera de la historia del fútbol.
Es cierto que Neymar marchó por dinero y que muchos socios no se lo quieren perdonar. Pero, no es menos cierto que después de Messi es el mejor y que en su día, cuando tuvo que elegir entre Barça y Madrid dejó plantado a Florentino Pérez.
Pero, el Barça puede estar jugando también a poner a Neymar en el mercado, aunque no lo acabe fichando, una situación que tiene su lógica desde el punto de vista azulgrana. Prefiere que el PSG se deshaga de Neymar ahora y que base su proyecto a Mbappé, futbolista por el cual suspira el Real Madrid, asegurándose de este modo que el francés no acabe en el Bernabéu.
El interés del Barça por Neymar tiene, pues, una parte de interés, una parte de especulación y otra parte de estrategia contra la ofensiva blanca por un futbolista destinado a ocupar el vacío dejado por Cristiano. El caso de Griezmann es más sencillo, otro Figo que sólo juega a ganar más dinero donde sea, sin más, que ya rechazó venir al Barça hace un año. También por dinero.
