Uno de los dos tenientes de la Guardia Civil que han declarado como testigos en el juicio por el 1-O en el Tribunal Supremo, sobre quien era presidente de la ANC durante el registro al departamento de Economía el 20 de septiembre de 2017 ha afirmado que "a pesar de que Jordi Sànchez decía que tenía una actitud colaborativa, no cedía a ninguna de las propuestas. Ni siquiera a plantearlo" en referencia a cuando se le pidió que desconvocara las protestas ante la consejería catalana.
Este testigo ha asegurado que Jordi Sànchez, hacia la una del mediodía del 20-S se les presentó como el interlocutor válido con la multitud de personas que se concentraron para protestar por el registro de Economía y que "nos ofreció un cordón hecho por voluntarios, para llevar a los detenidos" dentro del edificio de Economía para hacer el registro, pero que las opciones que presentaba Sànchez "no daban ningún tipo de seguridad" y que por esto las rechazaron.
El teniente de la Guardia Civil también ha asegurado que los concentrados ante la consejería de Economía les impedían salir con las pruebas del registro, afirmando que los mismos Mossos d'Esquadra les advirtieron de los riesgos de salir por la puerta con las pruebas que había recogido la comitiva judicial, y que los dijeron "si salís con las cajas os matan".
El agente de la Benemèrita ha explicado que en la investigación de la documentación en el despacho y domicilio de Lluís Salvadó, entonces secretario catalán de Hacienda, se encontró un documento con "medidas para la creación del nuevo estado catalán y garantizar su funcionamiento inicial", y que "las 176 medidas enumeradas en el documento estaban distribuidas en los diferentes departamentos de la Generalitat de Cataluña".
