La Crida Nacional per la República, el espacio político impulsado por el ex-presidente de la Generalitat Carles Puigdemont y el presidente Quim Torra, tiene su origen en una cena celebrada en una masía de Rubí el 3 de mayo, promovida por el actual consejero de Interior y ex-presidente de la Asociación Catalana de Municipios (ACM), Miquel Buch, publica El Confidencial.
Aunque Buch no puso asistir, según la misma información, fue capaz de convocar a figuras del centroderecha soberanista como el ex-consejero Francesc Homs, el alcalde de Sellent y presidente de la ACM David Saldoni, el actual consejero Damià Calvet y el responsable de comunicación con los medios internacionales y director de campaña de JxCat Joan Maria Piqué, entre otros.
Fuentes del PDECat citadas por el mismo diario señalan que el encuentro no logró el éxito que deseaba el sector cercano a Puigdemont, que ha querido controlar el PDECat. En este enfrentamiento se enmarca el surgimiento de la Crida.
Según publica Crónica Global, los cerebros de la Crida son David Madí, ideólogo del proceso y ex-jefe de gabinete de Artur Mas, Ferran Mascarell, ex-PSC y delegado de la Generalitat en Madrid, y Agustí Colomines, ex-director de la Fundación CatDem -investigada en el caso del 3%-, así como ex-director de la Escuela de Administración Pública de la Generalitat e impulsor del Moviment 1 de octubre, que él mismo ha inscrito como partido político. También apunta los nombres de Joan Oliveras y Antoni Morral como integrantes de este núcleo.
Artadi y los ex-consejeros
La misma información indica que la Crida nace de la convicción de que la refundación de Convergència no ha funcionado. En este sentido, los ex-consejeros encausados por el proceso Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn y Lluís Puig han expresado en El Punt Avui que el actual contexto «pide una propuesta que reafirme un proyecto político más que unas siglas concretas superadas por los acontecimientos«.
Los cuatro abogan por que el PDECat, que celebra del 20 al 22 de julio su asamblea, «decida formar parte y se convierta en uno de los impulsores troncales» de la Crida Nacional per la República. «Nuestra manera de ser PDeCAT es acabar formando parte de Junts per Catalunya«, han expresado.
Por su parte, el presidente Quim Torra también se ha posicionado a favor de la Crida, pero la consejera y portavoz Elsa Artadi, que rompió meses atrás el carné del PDECat, ha aclarado que la adhesión de Torra es «a título personal».
El movimiento de los puigdemontistas tensiona el PDECat. La portavoz Maria Senserrich se había mostrado abierta a integrar el partido en este movimiento y expresó que Puigdemont es «nuestro líder moral y político, y lo ayudaremos con todo el que haga falta aquí y en el exilio».
Pero fuentes del partido citadas por El Confidencial interpretan que la Crida es una maniobra puigdemontista para asaltarlo. Una, en concreto, apunta que un grupo de dirigentes convergentes que no pudieron dominar el PDECat en 2016 ofreció a Puigdemont liderar un proyecto que considera «altamente tóxico».
