Mariano Rajoy debe dimitir

Nadie es imprescindible en política… y tampoco Mariano Rajoy. La contundente sentencia del caso Gürtel y el reconocimiento explícito que el presidente del gobierno español era uno de los múltiples perceptores de sobres con dinero negro que repartía el ex-tesorero del PP, Luis Bárcenas, es nitroglicerina.

Como primera reacción, Mariano Rajoy tiene que presentar la dimisión.Este es el código de conducta que rige en las democracias occidentales y, a pesar de todo, España es -o debería ser- una de ellas.

Antes de que se llegue al debate y votación de la moción de censura que ha presentado el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el presidente del gobierno debería anunciar formalmente su retirada. Es la decisión más coherente, dada la gravedad de los hechos que constata la sentencia y la responsabilidad directa que, como presidente del PP, tiene Mariano Rajoy.

La sociedad española está cansada y harta de la corrupción que ha manchado y degradado las instituciones democráticas en los últimos 25 años. Ha llegado la hora de pasar página de esta ominosa etapa y esto requiere un gesto imprescindible: la dimisión del actual huésped de la Moncloa.

Mariano Rajoy es un maestro en el arte de la supervivencia política. Ministro de José María Aznar entre los años 1996-2004 y presidente del gobierno desde el 2011, es el dirigente español que, desde la muerte del dictador Francisco Franco, más tiempo ha pasado en el ejercicio del poder. Todo tiene un principio y un final, y a Mariano Rajoy le ha llegado la hora de irse.

Concentrar los esfuerzos en intentar reunir apoyos -especialmente, del PNV- en el Congreso de los Diputados para tumbar la moción de censura de Pedro Sánchez resulta estéril. En caso de conseguirlo, la agonía del gobierno y del PP hasta las elecciones municipales y autonómicas del año próximo sería dramática e insoportable para la economía y para el conjunto de la sociedad española.

La trama de corrupción de la Gürtel es una herencia envenenada que recibió Mariano Rajoy de su antecesor, José María Aznar, y que él, formalmente, ha desmontado después de que la reventara la ex-magistrado Baltasar Garzón. Pero mientras funcionó, él tuvo conocimiento, no la denunció y se aprovechó. Políticamente, es hombre muerto.

Si Mariano Rajoy dimite, al PP, como primera fuerza parlamentaria, le corresponde elegir un nuevo candidat@ a la presidencia del gobierno y medir si tiene suficiente apoyo en la Cámara. En caso negativo, España se vería abocada a celebrar unas nuevas elecciones generales, puesto que Ciudadanos -que ve a tocar la victoria que le auguran las encuestas- nunca dará carta blanca a la candidatura alternativa de Pedro Sánchez y evitará el riesgo que el líder socialista pudiera llegar a consolidarse.

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