Si no hay presidente, no puede haber gobierno. Y sin un gobierno en marcha, quien gobierna sigue siendo Mariano Rajoy y el artículo 155. Esta serie de circunstancias, la una consecuencia de la otra, mantiene desesperados a dos partidos como el PDECat y Esquerra Republicana. Sus intentos para convencer por un lado a la CUP para que apoyara una investidura, y por otro lado Junts per Catalunya para que dejara de presentar candidatos que generan más problemas que alegrías, han resultado infructuosos durante semanas. Hasta el punto que esto se nota en sus reflexiones.
Durante la segunda sesión del pleno de investidura de Jordi Turull, la que se tuvo que suspender porque el candidato estaba ya encarcelado por orden del Supremo, en los pasillos se encontraron un momento y por casualidad un dirigente del PDECat y un destacado diputado de Esquerra. Se pusieron a hablar de la necesidad de encontrar la manera de hacer un gobierno y no dejar pasar más tiempo sin poder controlar las instituciones catalanas. Los dos coincidieron en el diagnóstico. Pero lo más sorpresivo es que también coincidieron en la solución descabellada. «Hay que investir a quién sea, el que quieran, investir un palo y una escoba, si hace falta. Yo lo voto, aunque sea un inútil total», dijo un de ellos. «Claramente, hace falta un palo y una escoba ya. Pero se tiene que encontrar», le respondió el otro. Y es que la desesperación está llegando a tal punto que ya les da igual casi todo.
