La relación entre la prensa y los partidos políticos no siempre es idílica. Pero hay episodios que hacen que la cosa se tense tanto, que llega a niveles de rebelión. Con el cambio de legislatura, de grupo parlamentario y de trabajadores, la CUP ha renovado prácticamente la totalidad de sus interlocutores con los periodistas. Las comparaciones no acostumbran a ser afortunadas, pero la prensa no puede evitar recordar como de bien podían tratar con los cuperos que se han marchado y el trato tan agresivo e irreverente que reciben ahora.
Y es que desde hace un tiempo, las ruedas de prensa y atenciones a los medios de la CUP se han llenado de momentos donde se limita el número de preguntas, se prohíbe preguntar por determinadas cuestiones, se vetan medios e incluso se precipita el final de una conferencia de prensa cuando se hacen determinadas preguntas.
A tal punto ha llegado la polémica y tantas veces se han enfrentado, que los periodistas han abucheado en más de una ocasión a los responsables de prensa del partido y el grupo de Telegram donde la CUP se relaciona con los profesionales se ha llenado de reproches y comentarios penetrantes sobre esta cuestión. Toda una rebelión por la libertad de prensa contra el partido que asegura ser garante de todas las libertades. Si sus referentes ideológicos lo vieran, se posicionarían, sin duda, con la prensa que les critica.
