Batalla entre JxCat y ERC por la presidencia

Las dos formaciones independentistas pugnan para asumir el vacío que deja la imposibilidad de la investidura de Puigdemont
Palau de la Generalitat
Palau de la Generalitat

JxCat y ERC pugnan por ostentar la presidencia del gobierno catalán, la que se tiene que instalar en el despacho del Palau de la Generalitat de la plaza Sant Jaume. Las dos formaciones están asumiendo, ERC lo tenía claro desde hace tiempo, que Carles Puigdemont no podrá ejercer la presidencia efectiva del gobierno de Cataluña desde su exilio en Bruselas.

Las últimas informaciones apuntan que desde el grupo parlamentario de Puigdemont se estaría apostando por Jordi Turull como presidente instalado en Barcelona. La candidatura de Turull podría estarse consensuando con ERC, según avanza El Confidencial, porque tendría una duración limitada en el tiempo hasta que llegara su inhabilitación. El mandato de Turull estaría encajado en un periodo que podría ir desde unos meses hasta más de un año.

En este contexto, también se apunta que Carles Puigdemont se quedaría como presidente de una fundación privada ubicada en Bélgica, sin poder para hacer nombramientos, sobre las consejerías o sobre el calendario electoral, y en especial, sin disponer de fondos públicos. La retirada de Puigdemont de su carrera para la investidura se podría producir el 28 de febrero.

La candidatura de Turull se pondría sobre la mesa después de que no fuera viable la de Jordi Sánchez, expresidente del ANC y diputado de JxCat encarcelado en Soto de Real, por los impedimentos de las autoridades penitenciarias o del Tribunal Constitucional. La clave de la negociación estaría en saber quién acabaría sustituyendo Turull.

Aquí ERC estaría luchando para que fuera alguien sin cargas judiciales, y a ser posible de las filas republicanas, a pesar de que La Vanguardia apunta que los republicanos se guardan la posibilidad de acabar poniendo sobre la mesa la candidatura de Oriol Junqueras para acabar presidiendo el ejecutivo catalán.

En este contexto, Carles Puigdemont habría asumido su derrota personal para acceder a la investidura, pero continuaría pidiendo poder tener poder sobre las decisiones que se tomaran en el nuevo ejecutivo catalán, como sería el nombramiento de consejeros o la convocatoria de elecciones. ERC se niega en redondo al hecho que Puigdemont tenga ningún tipo de poder sobre el nuevo gobierno de la Generalitat y lo relegan a la presidencia de una fundación privada.

El reparto de consejerías también sería otro campo de batalla entre JxCat y ERC, donde los primeros quieren encontrar una ensambladura a la que ha sido la mano derecha de Puigdemont, Elsa Artadi, para promocionarle la carrera política.

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